Aunque el margen de victoria sorprendió a ambos bandos, analistas aseguran que el resultado refleja un rechazo persistente hacia el correísmo. “Todavía existe un enorme sentimiento anticorreísta y uno que no se había imaginado que fuera tan potente y significativo”, explicó Pedro Labayen Herrera, experto del Center for Economic and Policy Research (CEPR), citado por AFP.
La figura de Rafael Correa sigue dividiendo a la sociedad ecuatoriana. El expresidente se encuentra exiliado en Bélgica para evitar una condena por corrupción, que él califica como persecución política.
Una victoria con aroma a guerra
El mandato de Noboa comenzó con medidas de excepción y operativos militares para enfrentar al crimen organizado. Desde enero, desplegó al ejército en las calles, autorizó la intervención de fuerzas especiales de Estados Unidos y no descarta permitir bases militares extranjeras, a pesar de que la Constitución lo prohíbe.
Según cifras oficiales, una persona fue asesinada cada hora entre enero y febrero de 2025. Se trata del inicio de año más violento del que se tenga registro, en un país que se convirtió en zona estratégica para el narcotráfico por su ubicación entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo.
Andrés Maldonado, un empleado privado de 37 años, expresó su preocupación: “La situación es compleja, y no hay vientos favorables para el país”. El sentimiento se repite entre ciudadanos que ven con alarma la militarización y el riesgo de normalizar abusos en nombre de la seguridad.
Organizaciones de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales, advirtieron sobre el deterioro del Estado de derecho. Noboa, sin embargo, ha logrado reforzar su imagen con el discurso del orden y el uso de redes sociales, donde se muestra en operativos y rodeado de fuerzas armadas.