Publicidad
Publicidad

OPINIÓN: Trump y Xi Jinping, dos géminis que tienen muchas cosas en común

Además del signo zodiacal, ambos líderes coinciden en su desconfianza hacia la prensa, anhelan restaurar la gloria de su país y tienen posturas conservadoras.
jue 06 abril 2017 12:43 PM
Gemelos
Gemelos Trump cumple años el 14 de junio y Xi el 15 de junio, así que ambos son Géminis. (Foto: Kenneth Fowler/CNN)

Nota del editor: Michel Hockx es profesor de Literatura China y director del Instituto Liu para Asia y Estudios Asiáticos de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(CNN) — Es tentador pensar que Trump y Xi son opuestos (en cuanto a tuits, comercio y otras cuestiones), pero sin importar qué es lo que separa a estos hombres, lo que tienen en común es tan sorprendente como esclarecedor: desconfianza en la prensa, el anhelo de restaurar la gloria perdida de un país y posturas sociales conservadoras.

También son del mismo signo zodiacal. Trump cumple años el 14 de junio y Xi el 15 de junio, así que ambos son Géminis, es decir, "gemelos". ¿Qué hermanamiento podría haber en la constelación del liderazgo cuando estos dos líderes se reúnan en Mar-a-Lago y tal vez en los años por venir?

Lee: 3 razones por las que Trump anticipa un difícil encuentro con China

Desconfianza en la prensa

Publicidad

Cuando se reúnan en un entorno informal, en Florida, Estados Unidos, ambos hombres podrían entablar una conversación sobre las "noticias falsas" en internet y en cómo creen que afecta tanto a su país como a ellos. En vista de la postura de Trump, no es probable que el presidente de Estados Unidos manifieste su inquietud con la libertad de prensa limitada en China. Las políticas de Xi para prevenir la "difusión de rumores" en internet llevan muchos años en vigor y, al igual que los tuits de Trump sobre la prensa "deshonesta", parece que su blanco son cualesquiera representaciones negativas de las acciones del gobierno.

OPINIÓN: Facebook ayuda a dar poder a Trump… y a sus rivales

Restaurar la gloria del país

Muchos líderes occidentales comparten con el gobierno chino el deseo de controlar internet en aras de la seguridad nacional. En la era del terrorismo moderno, los gobiernos quieren poder rastrear a los militantes en las plataformas de redes sociales, lo que suele traducirse en el sacrificio de la privacidad de los ciudadanos. La diferencia entre los líderes occidentales y los chinos es la forma de implementar este control, pero la diferencia es de grado, no de principio.

Tanto Xi como Trump han dado prioridad a la seguridad y al desarrollo nacional, al grado de que el objetivo manifiesto de Xi, "el gran renacimiento de la nación china", es un reflejo directo de la promesa de Trump de que "Estados Unidos vuelva a ser grande".

Xi prometió que este renacimiento se concluiría para 2049, año en el que se conmemorará el centenario de la fundación de la República Popular. Esta política, a la que también se conoce como "el sueño chino", consiste en que China vuelva a ser uno de los países más ricos y poderosos del mundo y definitivamente borre los recuerdos negativos del trato que recibieron de los imperialistas occidentales a partir de mediados del siglo XIX. La intención es inspirar el orgullo nacional y el patriotismo y dar al mundo exterior una impresión de confianza que Trump también quiere dar, ya sea a través de decretos o de apretones de manos prolongados.

Conservadurismo cultural y social

Las políticas de Xi se parecen a las de Trump no solo en que apelan al espíritu patriótico y al renacimiento de un pasado glorioso, sino en que dependen del conservadurismo social y cultural. Trump ha adoptado posturas conservadoras en varios temas sociales, siendo el aborto el más notable. También criticó a quienes adoptan posturas progresistas, particularmente la prensa, y los tildó de antiestadounidenses.

Para Trump y sus seguidores, la restauración de la grandeza de Estados Unidos va de la mano con la restauración de los valores tradicionales. Bajo el mando de Xi, gran parte del presupuesto estatal se ha destinado a políticas dirigidas a la restauración de los valores confucionistas tradicionales en la sociedad china, en un intento por equilibrar el impacto de la globalización.

Los centros de adiestramiento del Partido Comunista ahora dedican gran parte de su plan de estudios al estudio de Confucio y al de Marx. La propaganda estatal en los medios de comunicación alaba las virtudes confucionistas, que en gran medida giran alrededor de la noción de aceptación armónica de las jerarquías predeterminadas e inmutables. Aquí Marx y su énfasis en la lucha y el conflicto quedan muy rezagados.

En términos generales, los chinos se sienten más cómodos con los valores confucionistas que con los marxistas y el retorno a los "valores familiares sólidos" aligera la carga para el presupuesto de Xi, ya que las familias sufragan gran parte de los costos de cuidado infantil y geriátrico.

Estas políticas hacen un énfasis particular en el concepto confucionista de "piedad filial" y subrayan que los hijos tienen la responsabilidad de hacerse cargo de sus padres ancianos, medida económica conveniente en vista de que la población de China envejece rápidamente. A pesar de que se abolió la política del hijo único, la tasa de fecundidad de reemplazo es de apenas 1.6 , muy por debajo de la tasa de 2.0 que se necesita para reemplazar a una generación con otra de la misma magnitud.

OPINIÓN: La razón por la que en China los viejos están solos y tristes

Políticas conservadoras en temas de género

El conservadurismo de ambos líderes no se limita a la estructura familiar, sino que se extiende a los temas de género. A diferencia de su homólogo estadounidense, cuyos comentarios denigrantes sobre las mujeres se ventilaron y se discutieron ampliamente durante la campaña presidencial, a Xi no lo han acusado de faltarles al respeto a las mujeres o de ser misógino. Sin embargo, el conservadurismo cultural de sus políticas ha tenido efectos negativos en la situación de las mujeres en la sociedad china.

La aceptación armónica de las jerarquías predeterminadas que pregona el confucianismo favorece claramente a los hombres y a los esposos, lo que también ha representado un giro total respecto al pasado marxista. La participación de las mujeres en la fuerza laboral china ha bajado de casi un 80% a un 64% , aunque sigue siendo más que en países occidentales como Estados Unidos, en donde es del 56% .

La brecha salarial de género también es inmensa, según cifras de Catalyst. En promedio, las mujeres chinas ganan el 65% de lo que ganan los hombres por el mismo trabajo. La cifra en Estados Unidos es ligeramente mejor: 77% .

Una tendencia particularmente notable en China en años recientes ha sido disuadir a las mujeres de hacer estudios superiores, ya que actualmente, el 50% de las mujeres que tienen educación superior son solteras.

Está por verse hasta qué grado estas actitudes culturales y sociales compartidas les ayudarán a encontrar un terreno común. Sin embargo, podemos esperar que Trump vaya a China a lo largo del año y, por lo tanto, es probable que se levante la prohibición a Twitter en China, aunque sea temporalmente.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad