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OPINIÓN: Los cargos contra Manafort estremecerán a la Casa Blanca

A Donald Trump podría inquietarle que el fiscal especial investigue las operaciones de su imperio empresarial, opina Paul Callan.
mar 31 octubre 2017 09:47 AM

Nota del editor: Paul Callan es analista legal de CNN, exfiscal de homicidios de Nueva York y actual consejero de la firma de abogados Edelman & Edelman PC , en Nueva York, con énfasis en condenas injustas y casos de derechos civiles. Puedes seguirlo en Twitter en @paulcallan . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) - El lunes 30 de octubre se dieron a conocer las primeras denuncias que surgieron de la investigación de Robert Mueller ; ahora hay muchas pistas valiosas respecto al rumbo que tomará la investigación de la fiscalía especial.

Los abogados de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, estarán muy nerviosos hoy por el uso de denuncias confidenciales y porque Mueller decidió hacer una investigación que se remonta 11 años atrás en las operaciones empresariales del expresidente de campaña de Trump, Paul Manafort. ¿El fiscal especial se remontará hasta 2006 en cualquier aspecto del imperio de Trump ahora que la denuncia contra Manafort sentó un precedente?

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Como reportó CNN el lunes , Manafort y otro funcionario de la campaña de Trump, Rick Gates, se entregaron a Mueller, quien eliminó la confidencialidad de la denuncia en su contra por 12 delitos, entre ellos conspirar contra Estados Unidos, conspirar para lavar dinero, ser agente no registrado de una entidad extranjera, y falsedad de declaraciones.

En teoría, el sistema de justicia penal es abierto al público. Las únicas excepciones a esta regla son los procedimientos ante jurados de acusación y cuestiones ocasionales relativas a la seguridad nacional, a informantes confidenciales o a testigos amenazados. Esta transparencia, que exige la Constitución estadounidense, es evidentemente más importante en una sociedad libre, cuando una investigación penal se centra en la campaña electoral del presidente en funciones, y en las afirmaciones de "colusión" y posible manipulación de una potencia extranjera hostil.

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Entonces ¿por qué se hizo una denuncia confidencial en un caso que pide transparencia total a gritos? Esta clase de denuncias generalmente se usan cuando se teme que un sospechoso, al saber que hay una denuncia pendiente, huya de la jurisdicción, destruya pruebas o incluso amenace a testigos que posiblemente declaren en su contra en juicio.

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En casos en los que está involucrada la delincuencia organizada, narcotraficantes o cuando hay delitos violentos, las denuncias confidenciales son una forma sensata para asegurarse de que el sospechoso no escape y que los testigos salgan ilesos. Un ejemplo es la denuncia contra el infame Chapo Guzmán, presunto líder del cártel de Sinaloa, quien espera juicio en una prisión federal de Brooklyn .

En investigaciones de delitos de cuello blanco, como la de Mueller, la confidencialidad y la revelación tardía de la denuncia se hacen a veces no por temor procesal, sino por cortesía a un posible acusado que ha cooperado en general. Esto permite que el abogado del sospechoso negocie la entrega voluntaria y discreta de su cliente, en vez de uno de esos "desfiles de perpetradores" esposados como los que hacía Rudolph Giuliani en la década de 1980 u otros fiscales que buscan publicidad.

nullEn vista del estatus de los posibles objetivos de la investigación de Mueller, es poco probable que huyan de Estados Unidos para evitar el juicio. Claro que esta opción no puede descartarse del todo porque gran parte de la investigación se centra en la presunta relación de los funcionarios de la campaña de Trump con Rusia, potencia hostil que ha refugiado a fugitivos estadounidenses como Edward Snowden.

Dar algo a entender

Las primeras denuncias en casos de alto perfil usualmente sirven para dar a entender a otros posibles sospechosos que se puede denunciar a quien pretenda obstruir la investigación sin importar quién sea o a quién conozca. Claro que los fiscales niegan que denuncien a alguien solo para dar algo a entender, pero incluso una denuncia totalmente legítima, basada en pruebas sólidas, puede tener este efecto secundario. Hasta los fiscales más éticos dirían que no hay nada de malo en que una denuncia perfectamente correcta sirva a varios propósitos.

Entre los cargos que servirían a este fin está mentirle al FBI o a otros investigadores federales. Cualquier persona que lo haga será acusada de un delito, al igual que cualquier persona que falsee declaraciones sobre un hecho trascendental ante el Congreso.

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También se puede acusar a alguien de delitos relacionados con la obstrucción a la justicia en situaciones en las que no puede probarse el presunto delito original. Es muy cierto el viejo adagio que reza que lo que debe preocuparte "no es el delito, sino el encubrimiento". Se puede dar a entender esto con aterradora claridad a todos los testigos de la Casa Blanca a través de esta clase de denuncias.

A veces, los fiscales más agresivos persiguen a objetivos inesperados con el fin de causar dolor y obligar a cooperar a los sospechosos que se resisten a hacerlo. Van tras sus familiares y sus más allegados. Como Mueller está siguiendo la ruta de los impuestos y el lavado de dinero, puede presionar mucho con la amenaza de arrestar a una esposa o a algún otro familiar que haya estado involucrado en el negocio del sospechoso o que haya dado el visto bueno a declaraciones de impuestos con su firma.

La detención de una esposa o de un hijo es buena forma de inducir la cooperación de un "objetivo" obstinado y renuente. Y sí, esta clase de denuncias y aprehensiones se dan en casos de evasión fiscal de alto perfil y de lavado de dinero.

No se confundan, el muy alabado Mueller no es ningún blandengue y es capaz de hacer algo parecido. Ya sabemos que el equipo de Mueller ejecutó una orden de cateo en la casa de Manafort. Los agentes que participaron buscaron expedientes financieros y se dice que también exploraron los armarios en busca de ropa y otros artículos.

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Es evidente, en retrospectiva, que estaban buscando algo que indicara lavado de dinero o incluso evasión fiscal en su búsqueda de documentos y cuando observaban si el estilo de vida de Manafort era consistente con su ingreso declarado. Se usó un enfoque similar para atrapar a Al Capone. Paul Manafort ha insistido que es inocente.

Es probable que Mueller haya tenido que actuar rápido para acusar a Manafort porque podría estar por cumplirse el plazo de prescripción de seis años para el delito de evasión fiscal. Esta prescripción podría ser factor determinante para elegir a quién denunciar primero.

¿Escalofríos?

Las acusaciones basadas en operaciones empresariales y en declaraciones de impuestos presentadas antes de la campaña de Trump, pero que "surgen de" la investigación relativa a la manipulación de las elecciones, son perfectamente legales y entran en las atribuciones que Rod Rosenstein, fiscal general adjunto, otorgó a Mueller.

Sin embargo, es probable que la Casa Blanca se estremezca si se investigan las operaciones empresariales previas a la campaña. Esto indicaría que ahora es muy real la posibilidad de que se examinen las operaciones empresariales de Trump previas a la campaña y que se rebase el "límite" del que Trump habló.

El talón de Aquiles de Trump podría encontrarse en las complejas y variadas transacciones de su imperio, previas a la campaña, y no en una conspiración explícita con los rusos para manipular las elecciones estadounidenses.

Trump no encontrará consuelo ni refugio en el poder de indulto de la presidencia si la investigación de Mueller lo pone en la mira haciendo que los testigos declaren a través de las primeras denuncias. De hecho, los indultos resultarían contraproducentes porque un sospechoso indultado ya no puede evitar declarar invocando la protección de la Quinta Enmienda para no incriminarse.

Una vez indultado, el testigo no corre riesgos por la revelación de sus delitos subyacentes y se lo puede obligar a declarar. Además, no puede usarse la Quinta Enmienda como escudo contra cargos de perjurio, así como un indulto no abarca delitos futuros.

En vista de estos acontecimientos tan serios, es probable que Trump adopte una política nueva: someter sus tuits sobre la investigación de Mueller a la aprobación de sus abogados personales.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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