OPINIÓN: Un año de 'trumpadas'
Nota del editor: Fernanda Diez-Torres es directora de Relaciones Institucionales del Centro de Estudios Económicos Espinosa Yglesias. La puedes seguir en Twitter como @Fer10Torres. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.
(Expansión) — Trump ha cumplido de cabal manera sus promesas de campaña y su vitupérico discurso de toma de mando.
¡Es un hombre de palabra! Y para muestra sus 3,500 tuits, reflejo fiel de su torpe liderazgo, corta educación y de sus falanges, que no por ejercitadas han logrado pensar.
Autodenominarse “genio estable”, “el mejor presidente de EU”, “quien más leyes ha promulgado en un año” (fake news: le aventajan 8 presidentes) y su última proclama de “no ser racista”, son joyitas de quién si no tiene el botón nuclear más grande, si la boca más nuclear…
Sus fobias raciales, se confirman día a día. No hace distingos, y nadie lo valora. Desde llamar “shithole” (pocilga, agujero de mierda, letrina) a países como Haití, hasta correr a más de 200,000 salvadoreños, 150,000 haitianos y un número a definir de Dreamers. Sus órdenes ejecutivas para que musulmanes de ciertos países no puedan entrar a EU, disminuir las cuotas de entrada para países de África y su insistencia de construir el muro, son coherentes y consistentes.
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Su último tuitt al respecto: “debemos tener seguridad ante nuestra MUY PELIGROSA FRONTERA DEL SUR, para protegernos y ayudar a parar la entrada masiva de drogas a nuestro país”, confirman su autismo fantástico donde todo el exterior es peligroso, inferior y culpable.
Trump ha cumplido. Ha cumplido con quienes esperaban una Suprema Corte de Justicia mucho más conservadora. Ha cumplido en la disminución de ciertos impuestos, disminuyó el apoyo económico a programas de salud y a países en vías de desarrollo, cambió la posición de Estados Unidos en el exterior, aumentó las prohibiciones a los migrantes, logró disminuir el poder de ISIS (no acabarlo como él presume).
nullHa sacado a EU del Acuerdo transpacífico de libre comercio, y del Acuerdo de París, donde se trata de frenar el cambio climático. Es el único país del orbe que no lo ratifico y/o firmó. Hasta Siria que está en conflicto lo firmó de forma posterior. Empequeñeció drásticamente las regulaciones al medio ambiente, impulsa las energías sucias (carbón y petróleo), A todo lo anterior, también cumplió con cambiar la embajada estadounidense en Israel a Jerusalén, logrando calentar más el conflicto del Medio Oriente. Que sus promesas cumplidas sean desatinos monumentales es otra cosa, pero él ha cumplido con lo que le dijo a su obtuso electorado.
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Presume que en este año creó en su país 2.05 millones de empleos, lo cual es cierto, pero olvida que Obama, en todos sus años coadyuvó a crear más.
Es amigo de sus amigos, pues su reforma impositiva, ayudará a sus pares multimillonarios, disminuyendo lo que pagan de impuestos; este gesto de cariño le sumará al déficit de EU la friolera de un billón de dólares en un término menor de 15 años, lo cual repercutirá en el bolsillo de todos los estadounidenses.
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Trump es un campeón del mercado. Este 2017 representa el mejor año para la Bolsa de valores en los últimos 5 años. No debería de sorprendernos, al suprimir regulaciones, las empresas tienen menores costos, no importa que esto implique una mayor contaminación, menos árboles, más trofeos de caza y costos por los desastres naturales que ascienden a 306,000 millones de dólares (solo en EU 2017). Obvio, para Trump, el cambio climático es un invento.
También está a punto de lograr disminuir las regulaciones bancarias, esto permitirá tener fraudes colosales como los vistos en el 2008. Dicha relajación en las leyes aumentará –para algunos- las ganancias bancarias y de la Bolsa…
Como presidente de MAGA (Make America Great Again), posee los récords de ser el presidente peor calificado en su primer año y el que más tiempo ha pasado en el golf. Sí, al menos cada tercer día en promedio, la amenaza naranja golpea pelotitas. Ni por eso mejora su put.
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Claro, en tan poco tiempo, aún tiene promesas por cumplir, como construir el muro, para el cual ya pidió 18,000 millones de dólares al Congreso, mientras vocifera que México lo pagará de una u otra manera; no ha podido ofrecer un sistema de salud mejor que Obamacare, ni disminuir el déficit comercial con China, tampoco ha invertido el billón de dólares en infraestructura como dijo.
Trump piensa en el futuro y como tal, su herencia será el daño ocasionado al medio ambiente, al grado que sus garrafales ocurrencias, las pagará el planeta en los próximos 100 años.
Le debemos más cosas a Trump. La apuesta de Jeff Bezzos (dueño de Amazon) por los Dreamers, al donarles 35 millones de dólares y prometer darles más para que puedan seguir estudiando en Estados Unidos.
Un movimiento feminista, que busca tener voz y poder en las decisiones del país. Un grupo de periodistas y medios, que exhiben todas las tropelías de Trump y exigen que el Estado de Derecho de Estados Unidos no sea vulnerado por este sujeto. Logró que los mexicanos nos sintamos más orgullosos de nuestro país y compremos más cosas hechas en México.
Ha logrado que sepamos de geografía y nos sintamos ciudadanos de un mundo que él desprecia. Gracias a su odio, muchas más personas quieren y saben de México.
A través del látigo de su desprecio desde el poder de su Twitter, hemos aprendido lo peligroso que es un individuo con un teléfono en sus manos.
Todo en apenas un año. Faltan tres años de trumpadas y disparates. Pero por cada falacia trumpesca, confío que el mundo encontrará nuevas formas de parar sus arbitrariedades. Empresarios, académicos, ciudadanos y políticos, pondrán a la amenaza naranja donde pertenece, en una página de algún libro de locos famosos.
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