OPINIÓN: La conexión Angola-México de Odebrecht
Nota del editor: Raúl Olmos es periodista investigador de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en 2009 y el Premio Alemán de Periodismo en 2014 y 2017. Colabora con periodistas de 11 países de América Latina y África en la red ‘Investiga Lava Jato’, que busca esclarecer el gigantesco caso de corrupción surgido en Brasil. Síguelo en Twitter en @RaulOlmos_mx . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) – México y Angola son países muy distintos y distantes. Pero en la investigación del caso Odebrecht hay un punto de coincidencia entre nuestro país y la lejana nación africana. Se trata de una conexión que en cualquier momento podría destaparse en Brasil, porque forma parte de uno de los seis procesos que están pendientes de resolverse contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por presunta corrupción.
Cuando la conexión México-Angola salga a la luz es seguro que habrá más políticos embarrados. Será un nuevo episodio del caso Odebrecht en nuestro país, con pagos ilegales hasta ahora no revelados.
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Pero vayamos por partes y ubiquemos en el tiempo esta conexión y los personajes involucrados.
Angola está ubicada al sur de África, exactamente frente a Brasil, separadas por una distancia lineal de 7,500 kilómetros del Océano Atlántico.
Ambas naciones tienen muchos elementos en común: fueron colonias portuguesas, comparten el idioma, tienen una diversidad natural que va de la sabana árida a la selva exuberante y, sobre todo, son dos países con altos índices de corrupción. Alguna de esas similitudes son las que atrajeron a Marcelo Odebrecht para ir a hacer negocios en aquel país africano entre 2011 y 2014.
En su incursión en África no fue solo: contrató los servicios de un sobrino de Lula, de nombre Taiguara Rodrigues dos Santos.
OPINIÓN: El banco de los sobornos
Cuando Marcelo Odebrecht fue arrestado en junio de 2015, la Policía Federal brasileña ya tenía en curso investigaciones de los supuestos nexos que el empresario mantenía con el exmandatario brasileño. Y uno de los contratos bajo sospecha era el que Odebrecht había firmado con el sobrino de Lula en Angola, pues presumía que en realidad encubría un pago de sobornos.
En mayo de 2016, la Policía brasileña puso en marcha el operativo ‘Janus’ –otra de las fases del gran caso Lava Jato- y detuvo al sobrino de Lula, al que acusó de lavado de dinero. La pesquisa en realidad estaba dirigida contra el expresidente brasileño, señalado por el Ministerio Público Federal de tráfico de influencias para gestionar o liberar préstamos de la banca de desarrollo de Brasil a favor de Odebrecht para ejecutar obras en Angola y en otros países.
Según la acusación, Odebrecht lo recompensó por tres vías: 1) con la contratación de una empresa fachada llamada Exergia, propiedad de su sobrino; 2) con contratos a la compañía LILS, del propio exmandatario, y 3) con donativos al Instituto Lula. Los pagos por unos 9 millones de dólares fueron una forma de encubrir sobornos, de acuerdo con la acción penal del juez federal Vallisney de Souza. Y es en esta parte de la trama cuando brota la conexión con México.
nullResulta que uno de los personajes utilizados para lavar el dinero de las transacciones en Angola es el mismo que creó en Tamaulipas, Veracruz y la Ciudad de México una red de empresas de Odebrecht. Se trata de Javier Ramón Chuman Rojas, un peruano de 47 años que desde 1998 ha estado al servicio de la constructora brasileña en Perú, Bolivia, Angola y actualmente en Colombia, y en al menos dos de esos países ha sido acusado de presuntos ilícitos.
Chuman Rojas ha aparecido como acusado de lavado de dinero en el juicio que se sigue contra Lula en Brasil, en concreto por contratos que firmó con la empresa fachada Exergia cuando trabajaba para Odebrecht en Angola. El Ministerio Público descubrió que tres pagos por 600,000 dólares a la compañía del sobrino de Lula eran por el mismo concepto (consultoría para elaborar el proyecto ejecutivo de una carretera al norte de Angola), por lo que al menos dos de los contratos eran simulados, y esos los había firmado Chuman.
En junio de 2014, antes de que el escándalo Odebrecht explotara en el mundo, Chuman Rojas dejó Angola y se mudó a Veracruz, en donde inició gestiones para obtener la concesión del servicio de agua potable del puerto. Y lo logró. El 9 de junio de 2015, justo al año siguiente de su arribo a México, obtuvo para Odebrecht el contrato por 30 años, en un procedimiento plagado de irregularidades (el documento fue firmado con espacios en blanco, sin fecha clara de inicio y término, y sin un estudio de viabilidad técnica, entre otras faltas y violaciones legales).
OPINIÓN: Odebrecht en México, el país donde no pasa nada
A los 10 días de haber obtenido la concesión para manejar el negocio del agua de la zona conurbada de Veracruz, Marcelo Odebrecht fue arrestado en Brasil, con lo que estalló el escándalo de corrupción trasnacional que alcanzó a 12 países.
Pese al escándalo, Chuman Rojas siguió adelante con sus negocios en México. El 9 de julio de 2015 estableció en Veracruz la sociedad promotora de inversión “Grupo Metropolitano de Agua” y a los pocos días inscribió en la Ciudad de México la empresa “Grupo Ambiental ProVeracruz”, en sociedad con una filial de Aguas de Barcelona. Meses antes había creado en Tampico, Tamaulipas, “Odebrecht Ambiental México SA de CV”, en la que él fungía como Presidente del Consejo de Administración.
Esta red de empresas tenía el objetivo de que Odebrecht incursionara en el negocio del agua en todo el país, y los primeros pasos los había dado en Guanajuato, donde había logrado en 2014 un contrato para llevar agua tratada de Irapuato y Salamanca a la refinería ubicada en esta segunda ciudad.
Cuando en abril de 2017 la organización Mexicanos contra la Corrupción reveló que Chuman era acusado en Brasil, Odebrecht decidió sacarlo del país y lo envió a Colombia, en donde desde agosto del año pasado se desempeña como Director de Inversiones.
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El proceso penal que lo involucra en actos de corrupción en Angola sigue abierto en Brasil. De hecho, en febrero de 2018 pasó a manos de la jueza federal Pollyanna Kelly Maciel Medeiros. En el momento en que se cite a declarar a Chuman Rojas estará obligado a confesar todo lo que sabe de la trama de sobornos de Odebrecht. Y si decide acogerse a la figura de delación premiada, deberá mencionar los nombres de los funcionarios involucrados, incluido por supuesto los mexicanos que lo acogieron y le dieron beneficios indebidos.
Javier Duarte, quien alentó los negocios de Odebrecht en Veracruz, y Ramón Poo Díaz, quien como alcalde priísta del puerto cedió el negocio del agua a la compañía brasileña, deben estar atentos a lo que ocurre en Brasil. El hombre de Odebrecht en Angola y México podría contar detalles de cómo obtuvo concesiones tan ventajosas.
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