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OPINIÓN: Trump se defiende, pero sus argumentos no lo protegerán

A pesar de las repetidas negaciones de Trump, existe evidencia que respalda la oferta de ayuda rusa a la campaña de Trump y su aceptación, expresa o tácita, señalan Norman Eisen y Barry H. Berke.
jue 13 diciembre 2018 09:00 AM

Nota del editor: Norman Eisen forma parte de la Brookings Institution, escribió el libro The Last Palace y fue el "zar de la ética" del gobierno de Barack Obama desde 2009 a 2011. Barry H. Berke copreside el Departamento de litigios en Kramer Levin Naftalis & Frankel, donde es abogado litigante especializado en defensa penal de delitos de cuello blanco. Eisen preside, y Berke es asesor pro bono de Citizens for Responsibility and Ethics en Washington, involucrada en litigios contra el presidente Donald Trump y su administración. Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen a los autores. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a los autores.

(CNN) – Estamos acostumbrados a un alto grado de falsedad en los tuits del presidente estadounidense Donald Trump, pero el doble tuit del lunes sobre su exabogado Michael Cohen estaba plagado de mentiras, incluso para sus propios estándares. Contrariamente a las declaraciones de Trump, Cohen pudo haber puesto al presidente y los que lo rodean en peligro legal, no solo por las violaciones a la financiación de campaña, sino también por una serie de otros delitos.

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El viernes, los fiscales federales en el Distrito Sur de Nueva York detallaron un elaborado plan criminal en el que Cohen hizo o facilitó pagos a una actriz de cine porno y una exmodelo de Playboy, quienes afirmaron haber tenido una aventura con Trump. Cohen admitió que se involucró en este plan en coordinación con y bajo la dirección de Trump. El memorándum precondenatorio del viernes fue la primera presentación producida por el propio Departamento de Justicia del presidente para implicarlo directamente en la comisión de un delito.

Respondiendo a un segmento de Fox News sobre estos pagos, Trump dijo, en dos tuits:

"Los demócratas no pueden encontrar una prueba [literalmente escribió smoking gun o pistola humeante] que vincule la campaña de Trump con Rusia después del testimonio de James Comey. Sin pruebas… No hay colusión," @FoxNews Eso es porque NO HUBO COLUSIÓN. Así que ahora los demócratas van contra una simple transacción privada, llamándola erróneamente una contribución de campaña... y no lo fue (pero incluso si lo hubiera sido, es solo un CASO CIVIL, como el de Obama, pero se hizo de manera correcta por un abogado y ni siquiera habría una multa. El abogado es responsable si cometió un error, no yo). Cohen solo intenta reducir su sentencia. ¡CACERÍA DE BRUJAS!"

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Los partidarios de Trump y los republicanos del Senado argumentan que esto es una violación menor en el peor de los casos y que el propio presidente tiene poca o nula responsabilidad aquí. Los demócratas y los opositores de Trump sostienen que estamos en un potencial territorio de impeachment o juicio político.

A pesar de la postura del presidente en estos tuits, su conducta en torno a los pagos hechos a Stormy Daniels y Karen McDougal sugiere una conciencia culpable: al esconder los pagos durante un año, clasificarlos falsamente como gastos legales y ocultar su existencia, el presidente pudo haberse echado la soga al cuello. Estas no parecen ser las acciones de una persona sin conocimiento de la naturaleza criminal de los pagos.

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Como los errados tuits del presidente parecen estar tanteando sus probables líneas de defensa (todas falaces), merecen mayor atención y análisis.

Primero, no es necesario que haya una pistola humeante para probar "colusión". Ese término se refiere a la posibilidad de que aquellos asociados con Trump, incurriendo en conspiración federal u otros delitos penales, hayan participado en el ataque ruso a nuestra democracia.

A pesar de las repetidas negaciones de Trump, existe una creciente cadena de evidencia que respalda la oferta de ayuda rusa a la campaña de Trump y su aceptación, expresa o tácita. Las declaraciones de Cohen revelaron otra pieza de esa posible prueba: un contacto ruso, del que apenas se sabe ahora, ofrece "sinergia política" con Trump en medio de su campaña. Sumada a los numerosos otros contactos políticos y empresariales entre los asociados de Trump y los representantes rusos de los que tenemos conocimiento, esta revelación apoya sustancialmente la investigación de colusión.

Luego el presidente afirma que los "demócratas" se están centrando en "una simple transacción privada". Pero los fiscales del Departamento de Justicia en el Distrito Sur de Nueva York no son demócratas. Son, como un destacado republicano ha dicho, "fiscales de carrera" que trabajan en una oficina dirigida por un fiscal, Geoffrey Berman (republicano), quien fue nominado para esa posición por el gobierno de Trump. Y están supervisados directamente por el fiscal federal adjunto Robert Khuzami (también republicano) que incluso ha hablado en la Convención Nacional Republicana.

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Además, no hubo nada "simple" en las acciones que potencialmente implican al presidente: un intrincado esquema de presunta conducta criminal para mover el dinero desde Cohen y el National Enquirer a las dos mujeres a través de una serie intencionalmente oscura de pantallas, intermediarios y entidades fachada.

La naturaleza del esquema involucra no solo a las leyes de financiamiento de campañas, sino también la responsabilidad de conspiración criminal, lo que sucede cuando dos o más personas conspiran para cometer un delito o defraudar al gobierno y luego actúan en consecuencia. En este caso, Cohen incluso grabó al menos una discusión con el presidente, evidencia que demuestra la participación consciente de Trump en el esquema.

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Tampoco es, como dice Trump, un mero caso civil que supone el fin de los posibles cargos penales federales. Trump puede estar sujeto a responsabilidad por declaraciones falsas debido a que no divulgó su deuda con Cohen en su formulario de divulgación financiera presidencial de junio de 2017. Esa omisión fue objeto de una queja por parte del grupo Citizens for Responsibility and Ethics, y ya ha resultado en una querella penal sobre el presidente que, hasta donde sabemos, sigue abierta.

La afirmación de Trump de que los pagos a las mujeres no eran contribuciones de campaña también es errónea. Los fiscales acusaron estos pagos como contribuciones ilegales a la campaña, Cohen aceptó declararse culpable, el tribunal aceptó esa declaración y Cohen enfrenta una sentencia de cárcel importante en el fallo del próximo miércoles. Como señaló la fiscalía en su memorándum del viernes: "Con respecto a ambos pagos, (Cohen) actuó con la intención de influir en las elecciones presidenciales de 2016. ... Como resultado de las acciones de Cohen, ninguna de las dos mujeres habló con la prensa antes a las elecciones".

En los tuits, Trump compara su esquema con una infracción que resultó en una multa de 375,000 dólares aplicada a la campaña del presidente Barack Obama en 2008. Esta es una falsa equivalencia, por decir lo menos. La multa de Obama tuvo que ver con el hecho de no informar las identidades de los donantes que hicieron grandes donaciones durante las últimas semanas de la campaña, un momento en que los requisitos de divulgación tienen un plazo más breve.

La Comisión Federal Electoral determinó que la campaña no cumplió con este plazo de divulgación, pero no hubo indicios de que Obama tuviera conocimiento de la infracción involuntaria. Por el contrario, la evidencia sugiere negligencia en niveles mucho más inferiores de la campaña por esta infracción técnica.

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Trump, en cambio, parece haber ocultado deliberadamente los pagos, haciéndolos pasar como un "anticipo" para Cohen a pesar del hecho de que, como explicaron los fiscales en Nueva York, Cohen "proporcionaba ínfimos servicios legales".

Si todo esto fuera simplemente un error de papeleo, Trump hubiera presentado una corrección con la Comisión Federal Electoral, como lo hizo Obama. En cambio, lo negó repetidamente por más de un año.

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El presidente concluye sus tuits afirmando que Cohen es el responsable "si cometió un error, no yo". Si bien este argumento habla de los posibles cargos relativos a la financiación de la campaña porque requieren un intento específico de violar la ley, las elaboradas maquinaciones que rodean los pagos y los esfuerzos subsiguientes para ocultarlos, incluido lo que se describe en la conversación grabada de Cohen con Trump, implican que todos los involucrados factiblemente sabían que estaban haciendo algo que la ley prohibía.

Aunque tenemos que esperar la revelación de más evidencia para emitir un juicio final sobre este punto, lo que sabemos hasta ahora no apoya la defensa tuiteada del presidente, ni su afirmación de que la investigación es una "CACERÍA DE BRUJAS".

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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