OPINIÓN. KM2: No por mucho trabajar se llega más lejos
Nota del editor: Jorge Cuevas es corredor de fondo en la vida personal y profesional. En 20 años de carrera le han publicado 11 libros, entre ellos “MARATÓN” (corredor o no el enemigo está en tu cabeza). Se dedica a desarrollar ejecutivos y emprendedores con juegos innovadores que él y su equipo desarrollan. Es un corredor amateur-amateur que ha hecho ya 10 Maratones en diferentes lugares del mundo. Síguelo en sus cuentas de Twitter , Facebook e Instagram . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) – Segundo kilómetro. Partamos de la idea de que nuestra carrera profesional es un maratón, una carrera de resistencia.
Bajo ese concepto, la tradicional cultura del esfuerzo nos diría que entre más te mates entrenando, mejores resultados lograrás y que entre más trabajes más exitoso serás. Por supuesto que la voluntad, la constancia y el esfuerzo son indispensables para mejorar, pero tanto en el atletismo como en el terreno profesional, el exceso de trabajo resulta contraproducente.
OPINIÓN. KM1: Piensa que tu carrera profesional es una competencia de atletismo
La recuperación y el esparcimiento son vitales para tu carrera, ya sea en las calles o en las oficinas.
¿Cuáles son las consecuencias de trabajar y entrenar de más?
Un corredor que entrena de más, a la larga no mejora, al contrario, la fatiga le hará bajar su rendimiento y le generará diferentes tipos de inconvenientes y lesiones, desde calambres, hasta todo tipo de inflamaciones terminadas en “itis": Facitis, periostitis, tendinitis y jodiditis.
Esto se volverá un círculo vicioso, porque el corredor irá perdiendo la forma debido a que las lesiones no le permiten entrenar con la regularidad y el equilibrio que necesita.
Una parte importante de la preparación es entrenar más y mejor, hacer series de velocidad, distancias o trabajo en montaña, pero la recuperación es la otra parte de la preparación que le ayudará al cuerpo a asimilar el trabajo.
Aunque los corredores amamos nuestro deporte, debemos aprender a practicarlo con armonía si queremos mejorar y si deseamos que este gusto nos dure muchos años.
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Lo mismo sucede en tu carrera profesional, aunque te encante tu trabajo, si no equilibras, tu pensamiento será más limitado porque el cerebro necesita descansar para pensar mejor, a mediano plazo puedes quemarte —hacer burnout—-dicho coloquialmente, estar tronado, y entonces increíblemente, aunque ames tu carrera, no tendrás ni la fuerza ni la salud para lograr resultados y perderás una característica clave: Irradiar una energía vital que inspire y contagie a quienes le rodea.
Mil veces mejor trabajar 5 horas a tope físico y mental que arrastrar la cobija 14 horas al día, pagando el precio de quedarse sin vida. Como decía Saul Hernández “No dejes que te coma el diablo”, porque aún son muchas las compañías en las que los jefes siguen premiando a quienes más horas pasan en la oficina y no a quienes son más productivos, en muchos lugares se sigue castigando indirectamente a quienes salen a tiempo y equilibran trabajo y vida personal, pero tener el tiempo para recuperarte, descansar y recargarte requiere mucha convicción, en cierta medida es una lucha que perderás si no estás convencido. Y entonces terminarás atrapado por la operación y cada mes existirá un reto, una justificación, un fuego que apagar, que hará que el bienestar se convierta en tu plato de segunda mesa.
En cambio, si pones como una de tus prioridades la recuperación, tu carrera profesional no solo será exitosa, sino trascendente, porque inspirarás a quienes te rodean a alcanzar ese equilibrio, tus ideas aportarán más valor y tu ejecución tendrá más fuerza.
Si en este momento evaluaras tu estado mental, físico y emocional, ¿cuál de estas 4 respuestas se acercaría más a tu realidad?
a) Soy una persona con mucha energía vital, que contagia e inspira. Mi vida profesional está en equilibrio con el descanso y la práctica de cosas que me apasionan y me recargan.
b) Tengo buen nivel de vitalidad. Trabajo demasiado y duermo poco, pero aguanto.
c) Solía tener mucha energía vital, pero me estoy agotando y cada vez me cuesta más mantener un nivel de energía adecuado.
d) Me mato trabajando y en mis días de descanso lo único que quiero es dormir. No creo que a nadie le resulte inspirador mi estado mental, físico y emocional.
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Hay dos claves que puedes empezar aplicar ahora, si quieres tener una carrera profesional con mucha vitalidad y por muchos años. Un auténtico maratón profesional.
Primero: cambia tu agenda
Recuerdo que el deporte y el descanso antes eran un placer culposo en mi agenda, hoy son una prioridad.
El hecho de poner como una prioridad de alta importancia el descanso y el tiempo haciendo deporte, que es lo que me apasiona y me recarga. Hoy una sesión de entrenamiento está en el mismo nivel de importancia que una junta o una conferencia, y eso transformó mi salud y mis ingresos, ambos para bien.
Al inicio fue una lucha, pero te puedo compartir que 7 años después es una decisión que cambió mi historia. En su momento me costó, pero luego se volvió un circulo virtuoso, porque sentirme bien me permitió ayudar a más clientes de mejor manera, en menos tiempo y sintiéndome feliz con lo que hago.
Quítate la mentalidad en la que demuestras tu pasión por el trabajo mal pasándote y cámbiala por ver tu energía vital como una ventaja competitiva a la que le debes invertir tiempo y recursos, pero una de tus mejores inversiones en el mediano y largo plazo.
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El descanso, el deporte, la recuperación, tus aficiones y los espacios recreativos, deben estar en tu agenda como una prioridad.
Puedes negociar, no se trata de ser rígido, pero no dejarlos en segundo lugar.
Si un fin de semana no vas a descansar adecuadamente ¿cómo lo equilibrarás?, ¿lo permitirías dos semanas?, ¿tres? Si un mes no tuviste el tiempo necesario para tu afición, ¿cómo le harás para no dejarte ir y olvidarte de esas cosas que son importantes para ti?
¿Qué decisiones radicales deberías tomar ahora para armonizar tu éxito profesional y tu energía vital?, ¿hasta dónde estás dispuesto a ceder?, ¿cuánto te podrías estirar?
Segundo: trabaja menos, pero al doble de intensidad
Una de las cosas que más me han impactado y roto paradigmas en mi entrenamiento como corredor fue cuando me redujeron las distancias para preparar un maratón.
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Antes hacía fondos de 35 kilómetros, pero luego me los cambiaron por carreras de 24. Al principio me daba miedo, porque en mi mente no era posible mejorar haciendo menos kilómetros, eso no era lógico, pero mis mejores resultados los he logrado haciendo esos fondos intensos, pero más cortos.
Recuerdo que mi entrenador un día me dijo “no hagas kilómetros basura”, lo que entrenemos lo haremos con estrategia y si te pongo esos fondos tan largos, lo único que haremos será provocar que llegues desgastado y casi tronado el día de la competencia, un maratonista debe llegar preparado y entero.
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Es lo mismo en una carrera profesional, trabajar 14 horas seguidas es trabajo basura, tu creatividad y capacidad de ejecución se disminuirán a la larga, mejor ponle intensidad y creatividad para lograr lo mismo o más en solo 5 horas, y además, cada hora toma 10 minutos de relajación, no te dejes llegar el agotamiento.
Cuando trabajes no te distraigas, hazlo al máximo de enfoque, ponte metas claras y cortas para veas tus avances. Si tienes menos tiempo, decidirás mejor en que lo emplearás, busca actividades trascendentes, estratégicas, que hagan la diferencia. Imagínate que de pronto tienes la mitad de tiempo, y piensa ¿en qué lo invertirás?, ¿cómo puedes aprovechar mejor ese recurso?
Nos vemos en el próximo kilómetro.
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