Publicidad
Publicidad

La mejor manera de atemperar el grito 'trumpista' sobre México

Pese a que la economía de EU presenta un panorama entusiasta, Trump pulsará la tecla de la seguridad nacional cada vez que sus índices de popularidad vayan a la baja, señala Rina Mussali.
jue 13 junio 2019 10:00 AM

(Expansión) – El 18 de junio Donald Trump dará oficialmente el banderazo de salida de su precampaña electoral rumbo al 2020, pese a que el inquilino de la Casa Blanca parece siempre estar en campaña. En esta contienda, el presidente de Estados Unidos tendrá que ofrecer un paquete de alicientes para captar los votos de su base electoral, siendo la mexicanofobia el vehículo por excelencia para atrincherarse cuatro años más en la presidencia más poderosa e influyente del mundo.

Trump nos utilizó como piedra angular de su campaña y botín electoral en 2016; por lo que no es sorpresa que haga lo mismo para la próxima contienda; al tiempo de servirle como distractor nacional, a propósito de capotear a la opinión pública frente a la trama rusa, la embestida del fiscal Robert Mueller y las voces demócratas que presionan cada vez más para acreditar un juicio político en contra del presidente, aunque algunas señales advierten que no resultará conveniente.

Publicidad

En su momento, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi dijo: “no quiero ver a Trump destituido, sino en prisión”. En ese contexto, México juega un rol central para que Trump pueda escapar a su destino jurídico, un caso sintomático que visibiliza como se entrecruzan los “cables” públicos y personales.

Pese a que la economía estadounidense presenta un panorama entusiasta y halagador, Trump pulsará la tecla de la seguridad nacional cada vez que sus índices de popularidad vayan a la baja. Para ello apuntalará sin disimulos ni distracciones a los enemigos que le pueden dar réditos políticos y electorales: México y China.

Vender la idea de que los mexicanos somos una amenaza a la seguridad nacional estadounidense, militarizar la frontera, criminalizar a los migrantes y construir su anhelado muro seguirán resonando dentro de su mapa mental.

Como también vitorear que él haya conseguido renegociar con Canadá y México lo que en su opinión es “el peor tratado de la historia” y prevalezca un “comercio justo”, no a base del libre comercio, sino mediante la imposición de aranceles al acero, aluminio, los jitomates, etc; bajo la narrativa de que “México se ha aprovechado de Estados Unidos por décadas”. Somos a la vez villanos y rehenes en su campaña electoral.

Publicidad

El nuevo capitulo antimexicano de la ofensiva trumpista encontró cabida en la relajación del gobierno de López Obrador en materia de combate a las drogas, crimen organizado y migración. Ahora el enojo llegaba con la cruzada de imponer “aranceles electorales” a todas las importaciones de México, las tarifas con jiribilla política que descarrilaron la agenda del gobierno y preocuparon a todos los mexicanos.

Lo que se anunció como la “primera gran crisis internacional de AMLO” y con impactos devastadores para la economía mexicana terminó en un acierto -de corto plazo- para el gobierno, tras las negociaciones entre Marcelo Ebrard y Mike Pence.

A cambio de evitar la sanción arancelaria cedimos capacidad de autodeterminación en materia de política migratoria y fronteriza. Si bien se desactivó la ofensiva, quedamos en una condición de enorme vulnerabilidad y desventaja frente a Trump, quien podrá activar el portafolio tarifario, de acuerdo a los vaivenes que presente su campaña electoral. Ésta será la divisa con la que tendremos que lidiar hasta el 2024, si consideramos la enorme factibilidad de que Trump sea reelecto en el 2020.

OPINIÓN: México debe jugar inteligentemente con Estados Unidos

La vuelta de página en las relaciones México-EU está dada. Después de haber puesto por delante los pilares del libre comercio y concebido al vecino del norte como una oportunidad y no amenaza, la furia nativista y proteccionista de Washington nos deja un mensaje sin aliento: no somos ni amigos, ni aliados y mucho menos existe la anhelada comunidad de América del Norte.

Con esto en mente, AMLO deberá de jugar todo su sexenio, el recado que lo obliga a voltear al mundo para lidiar con el bully del Norte, como lo llama Jorge Ramos. Resulta que la mejor manera de atemperar el grito trumpista sobre México es fortaleciendo la economía mexicana y expandiendo nuestro campo visual en materia de política exterior.

Lo anterior nos exige conocer a profundidad lo que acontece en la Casa Blanca y los pasos que Estados Unidos está dando en materia de geopolítica global. Con este entendimiento, AMLO pudiera mover mejor su cartera de opciones políticas, económicas, diplomáticas y culturales para contrapesar a Trump.

Activar nuestro empoderamiento con China, Rusia y la Unión Europea nos ayudaría a transar mejores términos de intercambio en la relación bilateral. Si bien no podemos escapar a la dependencia económica de Estados Unidos, sí podemos reforzar nuestro relacionamiento con el mundo, a propósito de dotarnos de mayores márgenes de autonomía e independencia. Esta prueba será toral en el arte de gobernar de AMLO.

La política exterior no es un tema menor, no es un lujo dentro de la política pública, ni un accesorio del que nos podamos desprender. México es un país sumamente vulnerable a los condicionantes externos. Una mirada coja ante el mundo nos puede generar costos en términos de desarrollo y oportunidades.

En vísperas de la Cumbre del G20 que reúne a las 20 economías más industrializadas del mundo, el gobierno debe rectificar, pues los grandes problemas de México no se pueden solucionar bajo ensimismamiento y sin conocer los entrecejos de lo que ocurre más allá de nuestras fronteras.

Nota del editor: Rina Mussali es analista internacional y conductora de Vértice Internacional en el Canal del Congreso. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad