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¿Por qué Estados Unidos escupe al cielo?

Sabemos que la decisión no es comercial o económica, sugiere Marco A. Morales.
vie 31 mayo 2019 01:47 PM
Trump
debate

(Expansión) - La tarde de ayer, en un intempestivo pero esperado tuit, el Presidente Trump anunció que Estados Unidos comenzaría a imponer un arancel de 5% a todas las importaciones mexicanas apelando al International Emergency Economics Powers Act. ¿Su justificación? La amenaza internacional que representa la migración “ilegal” que fluye hacia Estados Unidos desde México.

Es una decisión difícil de entender dada la integración comercial entre México y Estados Unidos, pero especialmente, porque no es tan sencillo establecer cuáles productos exportados desde México son “mexicanos” debido a las reglas de origen planteadas en el Tratado de Libre Comercio de América del Note (TLCAN).

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Es indudable que una decisión de esta naturaleza crearía presiones inflacionarias y recesivas sobre la economía estadounidense – que ya está bajo presión por los aranceles impuestos a los productos chinos y especialmente la prohibición a hacer negocios con Huawei. Pero las presiones inflacionarias y recesivas serían todavía más fuertes sobre la economía mexicana que ya se está desacelerando a pesar de las – desafortunadas y mal informadas – apreciaciones de Christine Lagarde, Directora General del FMI. Una gripa en el segundo socio comercial estadounidense puede generar más de un estornudo en un paciente ya enfermo.

En pocas palabras, con esta decisión Estados Unidos se está disparando en su propio pie, o “están escupiendo al cielo”, como diríamos en México. La pregunta es ¿por qué?

Sabemos que la decisión no es comercial o económica. Un poco de contexto ayuda a entender cómo es una decisión política: Primero, la tensión política entre Demócratas y Republicanos crece cada día en Estados Unidos y continuará hasta la elección presidencial de noviembre de 2020.

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Segundo, la administración Trump necesita una promesa de campaña cumplida: La aprobación del Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos-Canadá (TMEC). Por eso lo envió al Congreso para su aprobación. Los demócratas, sin embargo, han dejado claro que no se someterá a voto en el pleno sin que haya revisiones sustanciales.

Tercero, todo esto sucede cuando, en su primera aparición pública, el Consejero Especial Robert Muller aclara que su reporte no exonera al Presidente, lo que aumenta la presión política para analizar el impeachment del Presidente Trump de cara a su reelección.

Con esta decisión, pues, Trump está haciendo un punto político (“los demócratas son el enemigo a vencer en la elección”) e intentando cambiar la narrativa de regreso al nativismo (“hay una crisis causada por migrantes que tenemos que atender”) en preparación de la elección.

¿Qué debe entenderse en México de este episodio? Uno, el país está en una situación imposible. No hay manera de que México selle efectivamente la frontera sur y la norte en unas semanas. Y como el punto es político, no factual, siempre puede apelarse a la “emergencia migratoria causada por México”. Y no hay Doctrina Estrada redux que nos salve de esto.

Dos, la estrategia actual de la Cancillería de conceder todo a cambio de nada, es claramente inviable y deja al país en una posición de debilidad en la mesa de negociación.

Tres, por mucho que los mexicanos – y nuestros comentócratas – quieran creer que México importa en Estados Unidos, la realidad es muy distinta. Nadie como Tip O’Neill para explicarlo: all politics is local…o traduciendo al caso en ciernes, toda política exterior es doméstica.

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