La existencia de un plan de sucesión dentro de las Empresas Familiares (EF) es fundamental para procurar su continuidad durante el cambio generacional. La estadística nos muestra que 65% de las empresas desaparecen mientras se lleva a cabo el primer cambio de generación. Del segundo al tercer cambio, el panorama es aún más dramático: más del 80% de las empresas no logran sobrevivir.
La importancia de las EF en México es incuestionable: representan 80% del total de las entidades –son una de las principales fuentes de empleo– y aportan más del 60% del PIB. De acuerdo con la Encuesta de Empresas Familiares, capítulo México: Perspectiva y financiamiento para crecer (2018), 68% de las EF mexicanas ya planea un proceso de sucesión y la generación que estará a cargo ya trabaja dentro de la compañía.