(Expansión) – “Las diferentes visiones que existen en la economía sufren oscilaciones cíclicas que van de izquierda a derecha y de derecha a izquierda", escribió hace una década el profesor Paul Krugman (Peddling Prosperity. Economic Sense and Nonsense in an Age of Diminished Expectations, Norton, 1994). Ya lo había advertido Goethe: "Nuestra carrera suele seguir rumbo zigzagueante", decía el fuego fatuo a Mefistófeles. A lo que éste replicaba: "Por lo visto queréis imitar a los hombres" (G. W. Goethe, Fausto).
En general, las dicotomías Estado-mercado, protección-libre cambio, interés público-interés privado, han constituido una suerte de camino tridimensional, ciertamente en espiral, que ha enmarcado la carrera zigzagueante del pensamiento económico. De hecho, las naciones han sido beneficiarias o víctimas cuando las políticas económicas prácticas de sus gobiernos -y las teorías económicas que las inspiran- han guardado, o no, un sensato equilibrio respecto de las líneas extremas de estas dicotomías.