De acuerdo a un estudio de la empresa de soluciones CitiXsys, las empresas que han apostado por implementar tecnología en sus operaciones y la forma en la que ofertan sus servicios han tenido crecimiento en sus ventas hasta de 10%.
Tomemos el caso de las startups, quienes por su misma naturaleza son innovadoras: nacen, crecen y se desarrollan en nichos de mercado inexplorados, mientras que las grandes empresas se enfocan en un modelo de I+D. Las startups se juegan la vida para solucionar problemas que ninguna otra compañía ha resuelto.
OPINIÓN: Un buen gobierno corporativo en las 'startups'
Es decir, para una startup resulta más idóneo pensar en la innovación en otros términos, elegir un determinado mercado, responder las necesidades de una industria concreta y desplegar su plan solucionar éstas, lo que constituye una innovación incremental, o para crear un nuevo mercado, produciendo una innovación disruptiva.
Como prueba de esto tenemos a Uber, que si bien ya no es una startup, en su momento logró resolver una problemática del mercado con innovación y tecnología, y que terminó derrocando la hegemonía de la industria de movilidad de pasajeros tal como venía funcionando a través de los taxis. Mientras que la mayoría de las grandes empresas simplemente no están diseñadas para innovar.
Para explicar esto, voy a tomar la historia de Gerber. En 1974, el potencial de crecimiento de la empresa estaba disminuyendo y para aumentar la rentabilidad, los ejecutivos decidieron atacar un mercado al que no habían penetrado con éxito durante años: comida para adultos.