tenía un mecanismo de resorte para que se mantuviera cerrada por el aire acondicionado, de repente un señor abre la puerta y se le regresa y le azota en la cara, la reacción del señor fue maldecir hasta que no pudo más, empujó la puerta y avanzó sin darse cuenta que su hijo venía atrás de él, la puerta al cerrarse aplastó al niño de aproximadamente 8 años… lo que me sorprendió fue la reacción del niño, se atacó de la risa y con todas sus fuerzas empujó la puerta para poder entrar.
En ese momento me di cuenta que todo está en la perspectiva que le damos a las cosas, el señor arruinó su día con ese suceso y el niño se rió, lo dejo pasar y brincó feliz al lado de su papá.
Otro de los principales cambios que hice para ser un adulto feliz fue dejarme de resistir ante el cambio. Cuando somos niños el cambio es una constante, desde el aspecto físico hasta la escuela donde año con año cambiamos de grado, de maestros, de compañeros de salón, de contenido académico, en fin…
De niños, el cambio es sumamente natural para nosotros, pero el problema llega cuando somos adultos y empezamos a tener el control sobre nuestras decisiones sobre el cambio, y les tengo una mala notica, nuestro cerebro está programado para evitar a toda costa el cambio, nos quiere mantener siempre dentro de nuestra zona de confort, entonces nuestro cerebro ama lo conocido pero en realidad aprende de lo diferente.
OPINIÓN: La mentalidad exitosa en la nueva era
Si nosotros queremos ser adultos felices nos tenemos que forzar a cambiar, a hacer cosas nuevas y diferentes porque solo así podemos expandir nuestra mente y llegar a alcanzar la felicidad y plenitud como adultos.