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¿Qué hacer ante el miedo a perder el empleo?

La mayoría se repite una frase motivacional, pero eso es un error, expone Adriana Castro.
mié 07 agosto 2019 10:07 AM

(Expansión) - Ante la idea de perder el trabajo es común creer que hay que mentalizarnos con frases como “Soy fuerte… esto no me afecta”... y de inicio, podríamos creer que esto es un recurso efectivo, pero con frecuencia nuestros miedos nos superan. Es decir, el error de este recurso es que estamos negando la realidad.

En cambio, lo que plantea Tal Ben-Shahar (profesor de psicología positiva en Harvard) es que hay que aceptar la realidad.

Señala que pagamos un precio alto por negar la realidad y negarnos la posibilidad de aceptar el miedo que sentimos.

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El miedo es una emoción desagradable y por lo tanto la rechazamos. El problema es que rechazarla genera una intensificación de esa emoción, que se traduce en una tensión mayor.

La propuesta de Ben-Shahar es cambiar la mentalidad a una “optimalista” que plantea modificar la forma de experimentar la situación. Aceptar la realidad tal cual es.

Si aceptamos el miedo como una parte inevitable de la vida, sin tratar de reprimirlo, ayudamos a que no se intensifique y podamos salir de esa emoción con un aprendizaje. Mi papá me dijo alguna vez “lo que más se resiste es lo que más persiste”. Entre más nos resistamos a sentir miedo, más estará ahí.

Probablemente pienses: “Ok, acepto que siento miedo ¿Ahora qué?”

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Ahora acepta las limitaciones existentes en el mundo. Esto significa aceptar la realidad: Atravesamos una situación económica que está obligando a empresas -quizás la tuya- a tomar medidas como recortes de personal. Cambiar esta realidad no está en tus manos, así que lo que toca es aceptarlo.

Ahora nos enfocaremos en aquello que sí está en tus manos: Manejar tu miedo y tomar perspectiva. Aquí viene otra frase que mi papá suele decirme. “Lo único que cura el miedo es la acción”.

¿Qué acciones puedes tomar?

Comienza con estas tres:

1- Habla de tu miedo con alguien que sea bueno para escuchar. Ojo, lo importante es que sea bueno para escuchar, no para aconsejar. Así que descarta a ese amigo que cuando te pregunta “¿Cómo estás?” y tú apenas comienzas a desahogarte, ya te está aconsejando en relación a lo que debes hacer con tu vida y por qué no te debes de sentir así.

Tú necesitas a alguien que te escuche y no te juzgue. Externar lo que sentimos ayuda enormemente a que las emociones -decimos los psicólogos- “se queden afuera”. Esto hace que nos sintamos más ligeros y con posibilidades de ver nuestra situación con más perspectiva.

Lee: 7 señales de que tu empleo te ha quedado chico

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2- Enfoca tus esfuerzos en el trabajo usando tus fortalezas.

Ante la adversidad, tu lado negativo te dirá cosas como “Ya para qué te esfuerzas en trabajar si te van a correr, pero investigaciones señalan que las personas que usan sus fortalezas en el trabajo cotidiano no sólo son más productivas sino que reportan niveles de felicidad más altos.

A veces no nos queda claro cuáles son nuestras fortalezas, así que es válido que te acerques con tu jefe para pedirle retroalimentación en relación a qué estás haciendo bien. Es importante que te explique acciones específicas que puedas replicar. Por ejemplo: si te dice “Eres bueno motivando a tu equipo porque los reconoces con frecuencia”, ahora sabes que esa es una fortaleza: tu capacidad para reconocer a los demás. Seguramente es algo que se te da de manera natural. No sólo te gusta hacerlo, sino lo haces bien.

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Cuando usamos nuestras fortalezas, nos sentimos motivados y llenos de energía. Además, si hay un recorte de personal pero tú eres una persona enfocada que logra resultados, habrá menores posibilidades de que seas de los que se queden fuera.

Es importante que consideres que esto no lo estás haciendo por tu empresa, lo estás haciendo por ti. Porque a ti te hace bien enfocarte, ya que si lo haces, llegarás más fácil a tus objetivos. Eso se traduce en logros y éstos son un componente esencial para ser feliz, de acuerdo con Martin Seligman (padre de la Psicología Positiva).

3- Confía en ti apalancándote de tu pasado. Piensa en alguna etapa de tu vida en la que tuviste que afrontar algo muy difícil. Todos hemos vivido situaciones que en su momento pensamos “De ésta no voy a salir”, “No seré capaz de soportar esto que me pasa”. Y ahora a la distancia, probablemente te das cuenta que esa situación te sacó de tu zona de confort y te permitió ser creativo, adquirir nuevas habilidades, asimilar aprendizajes y ser una mejor persona.

Daniel Gilbert, psicólogo social de la Universidad de Harvard, dice que las personas tenemos una capacidad mucho mayor para reponernos de sucesos adversos, de lo que creemos. Así que, pensando en el peor escenario -perder tu trabajo- podría ser una oportunidad de crecimiento, si decides verlo así.

Nota del editor: Adriana Castro tiene una especialidad en Psicología de la Creatividad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es fundadora de Call to Action: Empresas felices. Síguela en Facebook (adrianacastromx). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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