Lo primero que debemos entender es que no hay lado bueno o malo, no hay una verdad absoluta y no siempre tienes toda la razón. En segundo lugar, cuando una persona expresa su opinión está exponiendo su mapa mental, y eso vale oro. En mi curso de neuroventas enseño una frase muy común: “la información es oro”, ya que esta información que te está dando la persona es clave para saber qué le gusta o no, qué quiere y cómo ve el mundo, conforme a eso tú puedes actuar y lograr que la relación mejore, a eso le llamo yo “empatía pura”.
También es importante resaltar que para que un conflicto sea fructífero, nosotros debemos exponer nuestros puntos de la forma correcta y en el momento correcto. Por ejemplo, cuando estoy con mi pareja y me enojo por alguna situación y él me pregunta ¿Qué tienes? Jamás respondo “nada”…
Ese “nada” tan típico que tenemos las personas para que alguien más adivine nuestros pensamientos y emociones lo único que hace es desgastar la relación y evitar un conflicto que eventualmente va a seguir creciendo como una bola de nieve. Lo que le respondo es lo que en realidad pienso, siento o le explico la razón de mi enojo, así sabrá qué me molestó y tendrá más herramientas para contribuir en la relación.
Dicho lo anterior, de acuerdo a lo que he aprendido sobre la Programación Neurolingüística, mi propia experiencia y ahora la de mis alumnos, es que los pasos que debemos de seguir para capitalizar un conflicto (es decir, sacarle provecho a una situación complicada) con cualquier persona con la que interactúes, son:
1. Escuchar para entender y no para responder
Hoy en día tenemos la pésima costumbre de escuchar para responder, no dejamos a la gente expresarse porque queremos hablar y exponer nuestras ideas sobre las de ellos, mandando un mensaje a la otra persona de “lo que dices no me importa”.
Es importantísimo que desarrollemos la escucha activa y que escuchemos para entender lo que la otra persona esta diciendo para así reaccionar de la mejor manera para contribuir en la relación.