(Expansión) – Recuerdo el día que Mary Ann Bartels, CIO de Estrategias de Portfolio en Merrill Lynch nos contaba el caso de un importante cliente del banco que había fallecido repentinamente dejando a su viuda un cuantioso patrimonio. La señora nunca había participado de las decisiones de inversión de su esposo ni tampoco tenía criterios financieros para seguir gestionando su portafolio.
Corría el año 2008 y se aproximaban nubarrones de una crisis económica, la crisis global que luego hemos conocido como la más importante desde la gran recesión de 1930. Y sin embargo, en la primera reunión a la que la invitaron para ofrecerle la debida asesoría financiera que sin duda necesitaba, ella solo apuntó con un escueto “escojan valores de compañías que siempre inviertan en marketing, incluso en tiempos de crisis”.