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Las principales consecuencias de la situación económica del país

López Obrador debe centrar sus esfuerzos en revertir el discurso y dejar de prometer falsos crecimientos, opina Francisco Coll.
sáb 23 noviembre 2019 07:00 AM

(Expansión) – A falta de finalizar 2019, la economía mexicana ha vivido lo que puede llamarse como uno de los peores años para el crecimiento económico de los últimos tiempos.

Las tasas de crecimiento previstas por los analistas, con los que AMLO y sus adeptos discrepaban, muestran, finalmente, una realidad que ya se avisó: la economía mexicana se encuentra estancada, donde la negación de la misma tiene un factor más que irrelevante.

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Como vemos, con el fin de entrar más en detalle, así como ver las posibles consecuencias de que el país no crezca, dejaremos a un lado la evolución de la economía mexicana, la cual muestra de forma clara una situación no muy benéfica para el país.

Una situación que podría acabar con repercusiones negativas en la economía, así como para la ciudadanía, la que en muchas ocasiones conoce los resultados, pero no termina de comprender sus efectos en la “economía real”.

El estancamiento de la economía mexicana, en primer lugar, tiene un efecto a corto plazo sobre el empleo. La economía pierde dinamismo para crear empleo, pues la desaceleración y la tortuosa situación está llevando a los empresarios a mostrar un comportamiento más cauteloso, así como un menor beneficio por la caída de la actividad económica y el consumo.

Los datos así lo reflejan, mientras que a principio de año veíamos un ritmo de creación de empleo cercano al 4%, ahora se sitúa en el 1.9%.

En segundo lugar, la actividad económica y el consumo, variables que también se van a ver muy afectadas con la situación del empleo, registran una menor actividad económica. Esto en el bolsillo de los ciudadanos mexicanos también se va a percibir, pues con la caída que está viviendo la industria en el país, muchos puestos de trabajo podrían verse en peligro.

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Ante el escaso aumento del beneficio de las empresas, estas podrían prescindir de determinados gastos para garantizar y solventar los problemas de rentabilidad que atraviesan, así como los que se esperan en un futuro en el que la economía mexicana podría decrecer hasta niveles de recesión técnica.

En tercer lugar nos encontramos con el cuestionamiento del programa económico y social de López Obrador. Un plan económico basado en tasas surrealistas que ponen de manifiesto la inexistente relación de los mismos con la realidad.

El plan económico fue planteado para unas previsiones de crecimiento cercanas al 2%, lo que, ante los crecimientos cosechados, podrían hacer peligrar las cuentas en el país.

En su momento analicé la irresponsabilidad de errar en diagnósticos falsos que, en caso de sufrir dispersiones, podrían comprometer el futuro de la economía mexicana.

Una situación que vemos en estos momentos, donde la posibilidad de sufrir desviaciones en la recaudación pública posee un grado de probabilidad alto, lo que compromete, como era de esperar, el propio gasto público, sobre todo en aspectos sociales. Podría ser necesario el endeudamiento para afrontar los compromisos adoptados en el plan económico de principio de año.

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Este fenómeno nos puede llevar a conclusiones como que los servicios sociales que precisa el país, en un escenario donde la economía no permite incrementar el gasto público y en un entorno donde la debilidad fiscal ya era excesivamente arriesgada, puedan verse comprometidos e incumplidos.

Incumplidos no porque el propio presidente no haya querido hacerlo, sino porque los diagnósticos que tomó como referencia eran completamente propagandistas, ya que trataban de vender humo a una sociedad que en estos momentos se topa con la realidad.

Desempleo, servicios sociales y caída de la capacidad adquisitiva podrían ser las principales consecuencias de la situación económica del país. Por ello, en estos momentos López Obrador debe centrar sus esfuerzos en revertir el discurso y dejar de prometer falsos crecimientos.

Para revertir la situación, lo primero que se necesita es un buen diagnóstico que permita mover la ficha de forma estratégica y no arbitraria, como sí se ha hecho hasta ahora. México debe revertir la situación y dinamizar la economía porque no puede permitirse seguir cayendo.

Nota del editor: Francisco Coll Morales es Director de Desarrollo Global y Alianzas Estratégicas de HAC L&M School. Economista y Analista económico para el Foro Económico Mundial, Forbes, Huffpost, Economipedia, entre otros. Analista de Mercados en el NASDAQ en Nueva York. Top 10 Blogger mas influyentes en “Economía y Negocios” de España por el periódico 20Minutos. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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