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Sin dinero no hay inversión: Banxico y las áreas de mejora

¿Por qué el banco central insiste en mantener el precio del dinero alto?, cuestiona Iván Franco.
mié 04 diciembre 2019 12:43 PM
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En Banxico hay dos miembros outsiders con una postura más empática con la actual administración, quien fue la que los eligió. Contrariamente, los otros tres miembros son de una escuela de pensamiento político antagónica, alineada con la pasada administración.

(Expansión) - Todos sabemos que la inversión es obligatoria para aumentar la frontera de producción de la economía. Sin embargo, la inversión no se da en los matorrales, viene de una variedad de fuentes.

En este sentido, el banco central tiene dos mecanismos que afectan la oferta de dinero de la economía.

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Por un lado, está la tasa objetivo, que funciona como un precio de referencia a la falta de liquidez. Y por otro, se encuentran las operaciones para regular la cantidad de dinero en el sistema y mantener la tasa interbancaria cerca del objetivo. Por ejemplo, los depósitos de regulación monetaria, que representan 54% de toda la fuente de crédito interno del país.

Con dicho instrumento, el Banco de México restringió el crecimiento del dinero en el año 2017, para luego empujarlo fuertemente en 2018 y, nuevamente reducirlo drásticamente en 2019. Actualmente, su crecimiento está en un mínimo, más bajo que hace seis años, cuando iniciaba Peña Nieto (el ciclo).

El banco no tiene la misma injerencia cuando las fuentes de los recursos de la base monetaria son exógenas. Por ejemplo, el desendeudamiento del gobierno federal desde la pasada administración y, en menor medida, la caída del dinamismo en el crecimiento de la reserva internacional (la fuente más importante), han coadyuvado a reducir la oferta de dinero.

Dado que el Banco de México está convergiendo a su meta de inflación, ¿no sería conveniente acelerar la postura monetaria hacia la relajación? Ya que, las fuentes de dinero exógenas todavía se encuentran ambivalentes. ¿Qué estará esperando el banco central? ¿Por qué la insistencia en mantener el “precio del dinero” alto apoyándose en operaciones que restringen la cantidad de dinero en la economía? Hace dos años y con alta inflación, la cantidad de dinero crecía a raudales.

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Las áreas de mejora

Velocidad en la publicación de las minutas, una argumentación más específica en las decisiones de política monetaria; dar menor importancia al análisis de series irrelevantes; y, un aislamiento ideológico, son a mi parecer las áreas de mejora necesarias para la banca central en México.

No en la persecución del mandato único, que ha cumplido a cabalidad (con un costo de oportunidad), sino en su lectura de las condiciones económicas del país, y las subsecuentes acciones de política monetaria en las que el banco central participa.

La postura ideológica

En el banco central hay dos miembros outsiders con una postura más empática con la actual administración, quien fue la que los eligió. Contrariamente, los otros tres miembros son de una escuela de pensamiento político antagónica, alineada con la pasada administración. Esto, no lo digo yo, lo afirman las cifras de los agregados monetarios de aquel sexenio; subieron como espuma.

Según consta en las recientes minutas y en algunos discursos públicos, Banxico ha dado una excesiva y marcada ponderación a las políticas públicas en sus decisiones de política monetaria.

A todas luces es un sesgo, dado que los riesgos para la inflación no han estado determinados enteramente por un elemento político. Si es así, sería bueno que nos informaran los miembros de la junta, ¿qué ponderación numérica están dando a las decisiones presidenciales? Dado que, el consumo final del gobierno equivale a solo 12% del PIB.

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En el ejercicio de la decisión de política monetaria, Banxico está sancionando el proyecto político, yéndose muy despacio en relajar la postura monetaria, cuando los elementos de análisis más relevantes marcan la holgura requerida para hacerlo.

Dicha sanción conlleva un costo de oportunidad para la economía. Menos dinero equivale a menos inversión.

El mandato doble no es político, es economía

Es por esta, y por otras razones técnicas, que el banco central debe irremediablemente transitar hacia el mandato doble. Es decir, procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, y vigilar que la política monetaria no impacte adversamente, y en su caso, que sea corresponsable en el ciclo de crecimiento de la economía mexicana.

El análisis económico bajo un mandato doble tiene otra óptica, que evidentemente, es más retadora para los miembros más conservadores. Un beneficio es que aislaría, al menos por este sexenio, al componente ideológico.

Por ejemplo, con un mandato doble es muy probable que, desde la junta de septiembre, todos hubieran votado por una reducción de la tasa objetivo en 50 puntos base, no de 25 puntos.

A fin de mejorar la calidad en el análisis que da pie a la decisión monetaria, es fundamental que los miembros den su veredicto, comunicando qué factores y variables pesan más en su decisión, y lo hagan con parámetros cuantitativos.

Las minutas solo nos dan un discurso de opinión donde se habla someramente del “balance de riesgos”, pero no indican qué peso tiene cada uno de estos riesgos.

Finalmente, Banxico es una institución autónoma del gobierno, pero no del interés público. Además, es interdependiente de todos los agentes económicos, incluyendo al gobierno.

Acaso ¿no es normal pedirle a una institución pública que mejore?

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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