Además, a diferencia de lo que muchos podrían pensar, la generación Y, busca a través del trabajo freelance cierta estabilidad económica. Los recortes y las crisis económicas son una realidad en todos los países de América Latina, y la solución que se propone para reducir el impacto negativo de este contexto es trabajar en distintos proyectos a la vez y en diversas partes del mundo, de modo que, si pierden una carta, tienen otras cuatro más en la mano.
Ahora bien, ¿por qué las empresas deben dar flexibilidad de horarios a sus empleados? La respuesta está en la productividad. Si como empleadores o supervisores dejamos de pensar en las horas que un trabajador está en la oficina, y nos enfocamos en las actividades que se completan por día, hace más sentido que los mejores trabajadores estén físicamente fuera de la compañía, y por lo tanto, el contratar a freelancers para puestos ya sean operativos o gerenciales, es completamente redituable.
Todo esto no significa que las empresas vayan a dejar de contratar personal de tiempo completo, o que el modelo de trabajo tradicional sea negativo por sí mismo. Al contrario: las compañías seguirán contratando nuevo talento a medida que crezcan, pero abrirán nuevas vacantes que respondan a la flexibilidad que las nuevas generaciones buscan. Los equipos de trabajo híbridos, conformados por personal de planta y consultores externos, también se harán más comunes, para nutrir a la empresa con la experiencia de los segundos.
En la región de América Latina el trabajo independiente aún tiene un gran potencial por explotar; mientras que en países de Europa y en Estados Unidos ya se cuenta con un camino más recorrido. La buena noticia para los hispanos es que, gracias al talento de la generación millennial, durante los siguientes años veremos a esta modalidad laboral alcanzar un desarrollo tal que impulse el crecimiento de las empresas sin dejar de lado la calidad de vida del empleado.
Nota del editor: Guillermo Bracciaforte es Cofundador y Director de Operaciones de Workana. Es graduado de la Universidad Católica de Córdoba en Business Administration y cursó un programa de Executive MBA en IAE Business School. Las opiones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión