No obstante, considero que vamos por un buen camino. Si el salario mínimo sigue creciendo a este ritmo, incluso durante este sexenio, podría alcanzar el umbral del salario de equilibrio, y entonces sí, funcionar como un precio mínimo en camino a la tan esperada recuperación.
Es obvio que una política de salario mínimo bien implementada debe generar un poco de desempleo, dado el exceso de oferta de trabajo que se genera a un salario mayor al de equilibrio. Sin embargo, estos costos son mínimos comparados con los dañinos efectos de la política del salario contenido.
La alta informalidad laboral no es un fenómeno inexplicable, al contrario, el hecho de que 56.7% de la fuerza laboral sea informal se debe al gran desincentivo que la política del salario mínimo ha generado durante años.
Anuncia Luis María Alcalde aumento del 20% al salario mínimo | #EnSegundos ⏩
Finalmente, los economistas piensan que los aumentos al salario mínimo generarán presiones inflacionarias. Sin embargo, están sumamente equivocados, tanto teórica como prácticamente.
En primer lugar, porque el mínimo funciona como precio-señal, y tardará mucho tiempo en impactar a los demás salarios del país.