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T-MEC año uno

Los cambios profundos que generará el nuevo tratado deben aprovecharse para dar el salto hacia la innovación y un país más equitativo y productivo, considera Alberto Bello.
jue 19 diciembre 2019 06:00 AM

(Expansión) – Las empresas mexicanas tienen que prepararse para un escenario diferente de operaciones para los próximos años.

La accidentada recta final de la ratificación del nuevo tratado comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, marcada por el proceso de impeachment al presidente Donald Trump, las primarias demócratas y las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020, sumadas a la necesidad mexicana de enviar una señal de confianza a los mercados internacionales en una ventana de tiempo que se estrechaba cada vez más, llevaron a un tratado final que mantiene sus beneficios pero presenta retos en el largo plazo.

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Algunos ya venían de la negociación, otros son nuevos. El sector automotriz deberá acomodarse a una mayor participación norteamericana de autopartes en un periodo de tiempo razonable de cinco años, con participación fija de alrededor de 40% procedente de plantas estadounidenses o canadienses (es decir, con salarios muy superiores a los nacionales) y, aquí lo nuevo, en un periodo de siete años con 70% del acero producido en la región.

La revisión del tratado cada 16 años plantea además el reto de mantener el atractivo de México en el largo plazo ante la incertidumbre que esto genera para compañías que planean inversiones de horizontes de décadas.

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Dado que las compañías del sector son internacionales en su mayoría y más dependientes del mercado estadounidense que del nacional, será necesaria una auténtica política económica que piense más allá de la llamada 4.0: rediseñar por completo los planes de estudios de nuestras universidades sobre el sector –autos eléctricos, movilidad, design thinking–, mientras en paralelo se reflexiona sobre el futuro de la manufactura.

En el aspecto laboral es triste pero cierto que las presiones que recibirá México serán para que cumpla su propia ley. El gobierno logró detener la figura del inspector en planta pero existirán paneles verificadores trilaterales –no será un proceso unilateral estadounidense para evaluar las condiciones laborales en México– que tendrá la responsabilidad de considerar si México cumple con el convenio 98 de la Organización Internacional del trabajo sobre el derecho a sindicación y negociación colectiva ratificado por nuestro país en 2018.

Esto no es una mala noticia si se sigue el modelo correcto. Las grandes empresas que se han anticipado desde hace años, como quienes participan del Pacto Mundial de Naciones Unidas como Cemex, Aeroméxico, Asur, Kaluz y otros cientos de miembros, o las que han invertido en su cultura laboral (evaluada por Expansión en Superempresas) ya tienen un camino recorrido.

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Su desafío es ahora compartir estas mejores prácticas con sus proveedores y las empresas con las que se relacionan. Los conceptos de valor compartido, la idea de que las compañías deben considerar a los trabajadores o colaboradores como parte central de su estrategia para alinear las políticas de captación y retención de talento con las de productividad son esenciales tanto a nivel gerencial como de planta.

LEE: Impulsar la competitividad, el verdadero reto del T-MEC

Nada es más caro como tener alta rotación, y en el futuro, nada será tan caro como tener una alta conflictividad laboral, o detonar una queja en un “hotline” estadounidense que genere un panel de verificación al país.

Los organismos empresariales, las grandes empresas, el gobierno y los sindicatos, los históricos y los emergentes, deberán hacer un esfuerzo profundo para lograr que este nuevo tratado represente para México un salto en los derechos de los trabajadores y en el compromiso de las empresas hacia ellos, pero también en la productividad y en el compromiso de todos hacia un país que afronte con éxito los retos de la nueva economía digital, circular, de energías renovables y sostenible.

Nota del editor: Alberto Bello es director de Hard News de Grupo Expansión. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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