(Expansión) - Según el Índice Global de Competitividad 2019, México ocupó la posición 49 de 141 países evaluados, tres lugares por debajo del lugar 46 que ocupó en el 2018; en capacidades para la innovación, se ubicó en la posición 52, dos lugares debajo del 50 que ocupó en 2018. Razón suficiente para que de manera urgente las empresas, impulsadas con políticas públicas adecuadas en la materia, estén en condiciones de diseñar y desarrollar productos y procesos de vanguardia para mantener una ventaja competitiva y avanzar hacia actividades aún más valiosas.
La colaboración para el desarrollo tecnológico y la innovación facilita una mayor articulación de las cadenas productivas a partir de las fortalezas de cada sector industrial y permite enfrentar con más fuerza los retos del país, como lo será el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) .
De acuerdo con lo señalado por Linsu Kim, la capacidad tecnológica hace referencia a la aptitud de hacer un uso eficaz del conocimiento tecnológico en la producción, la ingeniería y la innovación, con el fin de mantener la competitividad, tal capacidad permite a las empresas asimilar, emplear, adaptar y modificar las tecnologías existentes. Asimismo, le permite crear nuevas tecnologías y desarrollar nuevos productos y métodos de fabricación que respondan al cambiante entorno social y económico.