Doce propósitos para 2020

¿Y qué pasará el 2 de febrero? Te garantizo que el número disminuirá a la mitad. ¿Y el 2 de marzo? Pues seguramente estarán haciendo ejercicio los mismos 10 individuos que lo han hecho siempre. ¿Cuál es la razón? Nos falta compromiso.

Por eso nos ganan otros países en diversos rubros de la ciencia, la tecnología y hasta en los deportes. No es que sean más capaces, sino que son más disciplinados, tienen metas claras y ponen manos a la obra sin pretextos. ¡En fin!

Terminamos 2019 con crecimiento cercano a cero, con incertidumbre en aspectos políticos y aumento en la violencia. ¡Nada para echar los voladores al cielo en México! Sin embargo, además de cambio de año, podemos decir que tendremos cambio de década. ¿Qué le espera al mundo en estos próximos 10 años? Al revisar el reporte “2020: Preparing for a Decade of Change and Transformation” publicado por Boomberg, el panorama es interesante y no debemos quedarnos atrás.

Será una década en la que, si decidimos subirnos al tren, podremos tener oportunidades de mejora. La otra alternativa es solo ver pasar el tren y seguir en igual o peor condición. ¿Cuáles son esas tendencias? El reporte marca cuatro principales:

1. Redistribución del poder económico. Aparecerán mega ciudades (una mega ciudad tiene más de 10 millones de habitantes), en que Delhi llegará a 39 millones, desplazando a Tokio. Una megaciudad implica problemas, pero igualmente muchas oportunidades de negocio y desarrollo.

Asia tendrá 33 de 49 megaciudades prospectadas para la década. El poder económico pasará se Occidente a Oriente, con gran énfasis en el cuidado ambiental. En China se incrementará y consolidará una clase media poderosa, fuente de producción, consumo y motor del desarrollo de ese país (recordemos que para muchos economistas el motor del desarrollo de un país está en su clase media).

En México, fuera de una clase media profesional en las ciudades, puede decirse que no hay clase media. Están los que tienen dinero y los que no… así de polarizado el asunto. Esto es la regla general en América Latina.

2. Cambios en los hábitos de consumo. Se buscará un balance entre las necesidades a corto plazo y la sustentabilidad (o sostenibilidad, si lo prefieres). Seguirá la tendencia eco-friendly (amigable con el entorno), vehículos eléctricos, conservación y purificación del agua, etc. Continuará el enfasis en la responsabilidad social.

3. Fomento al desarrollo tecnológico. Energía limpia y aparición de ciudades libres de carbono, como se ha propuesto ser Copenhague en 2025. Se dará mayor énfasis a la formación de capital humano (valor de las competencias o talentos que el personal pone en las empresas, no el número de personas que laboran en una empresa).

Debido a la reducción en las tasas poblacionales, en los países desarrollados se incrementará el porcentaje de gente de mayor edad que estará trabajando en las empresas… claro, en condiciones favorables y con buena calidad de vida laboral.

Se incrementará la conectividad entre negocios y el control a distancia en casa, lo cual es una oportunidad para lo que denominamos Internet de las Cosas (IOT=Internet of Things) y otras maravillas tecnológicas.

4. Procesos de cambio en las organizaciones. ¿Cuántas empresas que conociste hace 15 o 10 años siguen vivas? Pues el número se reducirá, surgiendo otras nuevas. Bloomberg hace referencia al índice S&P 500, en que el tiempo de vida de las empresas en ese famoso índice ha caído de 60 a menos de 20 años, números similares a los que expone Fortune 500.

Según un estudio de Harvard Business Review, la habilidad más importante para las empresas (y para cualquier organización en general) será adaptarse al cambio en un marco de transformación digital, lo que será más importante que el conocimiento técnico, las habilidades de comunicación y el enfoque hacia la solución de problemas enfocados meramente en el cliente.

Esta adaptación comienza con cada individuo en las empresas. Deben ser más ágiles, ofrecer soluciones completas a los clientes y reducir la complejidad derivada de la burocracia. El resultado será la adaptación al mercado y, como consecuencia, la sustentabilidad de la empresa. Aquí se presenta una enorme área de oportunidad para las instituciones de educación superior.

Ante esto, debimos tomarnos las 12 uvas, una por cada propósito: (1) paz social; (2) estabilidad política; (3) inversión en capital humano; (4) infraestructura de transporte; (5) apoyo para la creación y fortalecimiento de empresas, y (6) educación con presente y futuro. Pero dije 12 y solo hay seis. ¿Y las otras seis? Pues esas serían las que tú elijas para tu beneficio, de tu familia y del país. Apostemos por la voluntad, el compromiso, la disciplina, el liderazgo de acción positiva, pero también dedica tiempo y espacio para el crecimiento personal y espiritual.

Después de haber escuchado las 12 campanadas y de haber cambiado la hoja del calendario, la pregunta es si estamos dispuestos a cambiar nosotros mismos. ¿Cómo vamos a enfrentar las tendencias de la nueva década? ¿Qué tipo de país queremos tener? ¿Nos subiremos al tren o solo lo veremos pasar? Tenemos la gran responsabilidad de lograr el país que queremos. ¿Te parece?

Nota del editor: Francisco Gerardo Barroso Tanoira es Coordinador del Doctorado en Análisis Estratégico y Desarrollo Sustentable División de Negocios de la Universidad Anáhuac Mayab. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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