La pobreza tiene una estrecha relación con el ciclo económico, en consecuencia, la desaceleración económica implicará que los niveles de pobreza y pobreza extrema se incrementen y es probable que el número de personas que viven debajo de la línea de pobreza y pobreza extrema aumente.
El mundo vive un periodo de grandes transformaciones. La crisis económica, que se acerca enfrentará retos estructurales que exigen nuevas estrategias de desarrollo y bienestar.
Esta crisis nos hace recordar al historiador R.H. Tawney, Equality, un ardiente socialista que, entre los años 1920 y 1930, criticó fuertemente el sistema económico imperante y de quien ahora les comparto estas líneas, que parece recordarnos que estas crisis son y seguirán siendo parte de nuestra realidad:
“Hasta que no se descubre que los altos ingresos individuales no bastan para inmunizar al conjunto de la humanidad del cólera (…) la sociedad no comienza (…) a tomar medidas colectivas para proveer aquellas necesidades que ningún individuo común, aunque trabajase extraordinariamente durante toda su vida, podría satisfacer por sí solo”.
Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es director de Spark UP y académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana. Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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