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Todos hablan del precio del barril… ¿y el del gas?

En México debemos de aprovechar esta coyuntura para no dejar caer la producción de gas natural y realizar una evaluación a futuro, opina Ramses Pech.
jue 30 abril 2020 11:59 PM

(Expansión) – Actualmente en el mundo están hablando del precio del barril y la falta de almacenamiento para su confinamiento por la desaceleración económica originada por el COVID-19, teniendo como consecuencia una reducción en la utilización de la capacidad de las refinerías por la contracción de la compra de combustibles en las estaciones de servicio ante el confinamiento de la gente.

Pero nadie está hablando del precio del gas. Ha quedado en el olvido de los mercados de interés de corto plazo debido a que los mercados de petróleo crudo responden rápida y a menudo dramáticamente a los eventos mundiales, pero los mercados de gas natural tienden a ser impulsados ​​por factores regionales y están menos conectados con el mercado internacional.

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El mundo de la inversión en extracción ha estado intrínsicamente ligada al crudo por el alto valor económico y de uso común en el mundo para generar combustibles para motores que realicen la combustión, y deja al gas relegado solamente para la generación de electricidad o para proporcionar el poder calorífico necesario para la industria, y en algunas regiones se ha comercializado su uso a nivel doméstico.

La mayoría del petróleo crudo se comercializa en contratos a corto plazo basados ​​en precios spot y las refinerías generalmente compran petróleo crudo para su procesamiento con 90 días de anticipación, de acuerdo a los contratos realizados en forma anual con cada vendedor interno o exportador. Una refinería dependerá principalmente de la densidad y el contenido de azufre, que ayudan a determinar las diferencias de precios en función de la calidad que permita reducir el costo en cada planta que procese el crudo.

Actualmente algunas refinerías han invertido en configuración para poder incrementar el porcentaje de productos por cada barril de entrada y han cuidado de igual forma poder tener la facilidad de cambiar entre aceites de crudos ligeros y pesados, ​​cuando sea necesario en función del crudo disponible en el mercado. Ofrece una ventaja competitiva al poder seleccionar el mejor contrato con el mejor precio.

En contraste, la calidad del gas natural está estandarizada a medida que ingresa al sistema de entrega de la tubería en una región para la utilización o por medio de la exportación en puntos de interconexión en ciertas fronteras. El gas natural, cuando se convierte en gas natural licuado (GNL) a través del procesamiento criogénico, puede enviarse al mercado mundial.

Sin embargo, el proceso de licuefacción es costoso y el GNL requiere buques tanque especialmente diseñados para mantener la integridad criogénica. El crecimiento en el comercio de GNL ha contribuido a un creciente volumen de gas natural comercializado a corto plazo o al contado.

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El precio del barril en promedio a nivel mundial ha caído de diciembre a abril alrededor de 70 a 80% y el gas natural de 20 a 30%, siendo este último un mercado estable de transacciones de contratos.

La falta de una certidumbre y una percepción de la falta de liderazgo en el control del balance del crudo ha dejado en claro que hoy en día tendría un papel importante el almacenamiento y la forma de comercializarlo, dando una mutación en un crecimiento en la liquidez del mercado spot y contribuyendo a un cambio gradual a la fijación de precios a contratos vinculados del petróleo de largo plazo hacia transacciones de más a corto plazo, cuyo objetivo es reducir la incertidumbre.

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Este cambio probablemente conducirá a un mercado global de gas natural más integrado debido a que para el año 2035 se tiene contemplado el crecimiento de la demanda ante un aplanamiento en el crudo, motivado por la transición de la creación y transformación de materias primas de bajo costo que generen una mayor cantidad de energía en forma infinita.

En México debemos de aprovechar esta coyuntura para no dejar caer la producción de gas natural y realizar una evaluación a futuro. Se debe continuar la explotación de los campos que tienen gas natural seco y aprovechar la infraestructura actual, que actualmente está desaprovechada, como es el caso de la cuenca de Burgos, donde el complejo de procesamiento del gas está subutilizado.

El gas natural será de un valor comercial a contratos de corto plazo (siendo rentables) porque no requieren tanto almacenamiento debido a que es consumido en forma inmediata una vez que es introducido en un ducto interconectado en forma regional o con otro país que tiene colindancia. Se alínea con el mercado en crecimiento en el transporte del GNL a lugares que actualmente no tienen gas y demandan una gran cantidad de este materia prima para generar poder calorífico, electricidad o una industria de petroquímica en crecimiento a nivel mundial.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter como @economiaoil . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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