Ante esta realidad, en estas líneas enlisto cuatro razones que provocarán acciones dentro de las empresas a corto plazo, así como tres factores de éxito en la transformación de la forma de trabajar en las oficinas y en la relación con los empleados.
Aquí presento cuatro argumentos evidentes para cambiar desde este momento la forma de organizar tu oficina y a tus empleados:
1. Para generar ahorros tangibles a la brevedad. Muchos empresarios ven al teletrabajo como una fórmula directamente asociada con la baja productividad y al descontrol. En 2020 esto cambió. Con el uso de herramientas de comunicación y control remoto, muchas empresas han identificado posibles ahorros sustanciales en metros cuadrados, mobiliario, gastos generales y otros gastos indirectos. Recomiendo definir una meta de ahorro de por lo menos 35%, ambiciosa, que suene inalcanzable, que verdaderamente provoque reinversión de procesos.
2. Por la productividad y felicidad de los colaboradores. La gran mayoría de los empleados prefiere por mucho el teletrabajo sobre el tedioso esfuerzo de ir a la oficina todos los días. La justificación es evidente: sustancialmente mejor calidad de vida y muchos ahorro en transporte, mantenimiento de vehículos, ropa y accesorios y, por supuesto, en comida fuera de casa. Por otro lado, los colaboradores pueden dedicar más tiempo a dormir, estudiar, hacer ejercicio, estar en familia y ver a los amigos.
3. Para proteger la salud de los empleados. ¡Antes que nada, no quieres un brote de coronavirus en tu oficina durante los siguientes 18 meses! Con esto, espera y ve planeando protocolos de itineraria laboral, de higiene y de sana distancia en salas de juntas, comedores, elevadores, lobbies, distancia entre escritorios y recepciones, entre otros. El empleado sabrá que estás preocupado por él y con esto se fortalecerá su compromiso y lealtad con la empresa y su trabajo. De lo contrario, estará convencido que para ti su salud no es primero.
4. Por la necesidad urgente de incrementar el control y los estándares de calidad sobre los productos y servicios que ofrecemos. Todas las empresas, sin excepción, necesitarán asumir más competencia, menores márgenes y más presión por sofisticar sus modelos de negocio.