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¿Cuál será el plan para mantener divisas estables?

Sin divisas en una nación no hay circulación del dinero y sin inversión no hay crecimiento económico, señala Ramses Pech.
vie 14 agosto 2020 11:59 PM

(Expansión) – En septiembre iniciará la evaluación del presupuesto para el 2021 y deberá estar listo a más tardar a mediados de noviembre de este año. El presupuesto está perfilando a una hipocresía financiera del país, debido a que actualmente existen ciertos intereses económicos confusos y sin definiciones entre todas las partes que involucran su aprobación.

Una Cámara de Diputados que tendrá que evaluar en forma política y no económica, el cómo y a quién asignar dinero. Estados que por la pandemia actualmente están y tendrán problemas de una recuperación económica de largo plazo y programas federales que no conllevan a un crecimiento sostenido y a balancear mas del 70% en el gasto en desarrollo social (sin aumentar en salud y/o educación).

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El próximo año no sabemos si existirá o haya una coordinación real entre los estados, municipios y administración del país y en el caso de no haberlo tendremos un caos económico mayúsculo comparado con el actual, ya que todos dependerán de la rapidez y facilidad de que los ingresos programados se cumplan y, sean enviados en los tiempos programados por parte de la Secretaría de Hacienda. Este 2020 ha quedado demostrado que gastamos más de lo programado.

La economía de nuestro país ha dependido por décadas de una variable importante en la ecuación de flujo de efectivo diario y que ha sostenido que el dinero no pare en ciertas regiones de nuestro país: las divisas, las cuales no son un ingreso o flujo de efectivo adicional dentro del presupuesto de la nación.

¿Cuál será el plan para el próximo lustro para mantener a las divisas estables y que permita tener flujo de dinero circulando entre la gente y las empresas? El planteamiento surge de una contracción en el turismo por el número de personas que ha dejado de visitar a nuestro país, la reducción de la producción de petróleo crudo -comparado con las metas en el plan nacional- ligado a una visión de dejar de exportar, y porque se confirma que dependemos de la migración a otros países para el envío de remesas. Simplemente queda claro que México depende de otras economías para que la nuestra circule y no se estanque.

Estas versátiles incógnitas sobre la economía de México habían sido controladas sin mucha inversión al respecto y sólo eran por añadidura comercial y percepción de atracción; ahora se deberá invertir para cuidar que no se contraigan ante la nueva realidad mundial.

Ante la pandemia tendremos que reinvertir para poder incrementar la forma de tener dinero circulando; debido a que la inversión pública que proviene del presupuesto en la parte del desarrollo económico no ha sido suficiente. Hay que recordar que los presupuestos asignados para este rubro no son diarios y dependen mucho de la recaudación realizada en un periodo en el que se hacen ajustes dependiendo de la visión de la administración en turno.

Actualmente la inversión privada, ante la falta de una certeza en el mercado mexicano y ante la creación de mercados cerrados, tiene problemas para decidir en qué invertir y en cómo poder recuperar la inversión ante percepciones de cambios no alineados a una misión de la nación. Crea una ecuación con un alto número de supuestos sin hechos concretos que dan una percepción de incertidumbre para la economía mexicana en el mundo.

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Sin divisas en una nación no hay circulación del dinero y sin inversión no hay crecimiento económico. ¿Es acaso más importante presentar una visión removible cada sexenio o mejor hacer una misión de largo plazo adaptada a las condiciones de cada momento en el tiempo para el mundo?

La única forma de quitar variables en una ecuación económica es que los riesgos financieros, la exposición a créditos/deuda y la operación de nuevos proyectos en los diferentes mercados sean asumidos por parte de la inversión privada, pero en coordinación con la misión del país y de acuerdo con las leyes, normativas y estrategias consensuadas, dejando a un lado ideologías centralizadas.

Las divisas son parte estratégica de un país porque mantienen circulando dinero no contemplado, al cual debe invertirse, pero no de la forma como lo hacemos en México, que damos la percepción de desinversión y falta de oportunidades, en el que la gente sale del país para buscar dónde laborar para enviar remesas a la nación.

El nuevo negocio para México será el éxodo de gente o aprovechar en forma consciente los recursos naturales, insertando recursos al turismo o a la parte energética para que generen divisas y a su vez inversiones que tengan la misión de lograr el crecimiento económico sostenido de largo plazo.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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