Esta expectativa se fundamenta en el crecimiento de la actividad industrial, que se benefició al ser catalogada como actividad esencial y que tomó impulso por la reapertura en Estados Unidos a través del comercio exterior.
Otro elemento a favor de la recuperación es el incremento de la movilidad en muchos estados de la República Mexicana, que derivó en la reapertura parcial del comercio y de múltiples servicios. Un ejemplo de lo anterior es el aumento de 7.8% en los ingresos de las empresas comerciales al por menor en junio.
Ahora bien, esto simplemente significa que la economía pasó de un cierre parcial a una reapertura parcial, pero no implica que se vaya a recuperar rápidamente, y es aquí donde las interpretaciones con la noción de que “ya pasó lo peor” pueden ser equívocas.
Haciendo una analogía con la medicina, como la que suelen hacer los economistas al tratar a la economía como un paciente, el que ya haya pasado lo peor de la crisis es igual a decir que el paciente salió de terapia intensiva, pero sigue hospitalizado, y que aún no ha recuperado su movilidad ni la totalidad de sus funciones. En este sentido, su evolución permitirá analizar los daños de largo plazo que el paciente presentará.
En el caso de la economía, aunque algunos sectores reabrieron, la mayoría está operando a un nivel muy por debajo de su capacidad. Aquí es donde está el problema, ya que los costos fijos que enfrentan las empresas no van a disminuir y la demanda por sus servicios sí estará limitada, de manera que, con una capacidad menor, se buscará, en primer lugar, reducir costos variables, principalmente los laborales, lo que indica más desempleo o, en caso de negociación, una disminución de salario.
Un gran número de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyME) no podrán contraponerse a esta situación y eventualmente quebrarán, lo que podría darse rápidamente en los primeros meses o incluso a semanas de la reapertura de cada sector.
Una manera en la que esto se plasmará en los indicadores económicos será en el incremento de la tasa de desempleo, y no me refiero a la creación de empleo formal, que es la minoría de la población ocupada, sino a la tasa de desempleo que concentra también a la población informal, ya que esta última será la más afectada al ubicarse en el sector comercial y de servicios.