"Quiero ser muy respetuoso de las decisiones que tome EU" | #EnSegundos
El aparato que hoy opera bajo los principios de la llamada cuarta transformación intensificará su condición famélica y es muy posible que desaparezcan programas que ya funcionaban en condiciones de gasto muy precarias. Los impactos se reflejarán en gasto corriente, en una mala calidad de servicios, a través de una burocracia ineficiente, con muy poca técnica de gobierno y sin ningún incentivo para detonar su productividad.
En el caso de los órganos autónomos y reguladores, tan criticados por el presidente, no desaparecerán pero se les ahogará a través de un recorte en su gasto y así su vigilancia estará muy debilitada. Y, con todo y las elecciones, se prevé un golpe en el financiamiento al INE y a los partidos políticos.
Como quiera que sea, la crisis de las finanzas públicas paralizará a la llamada cuarta transformación y ésta no podrá continuar con su proceso de evangelización. Pero hay algo mucho más trascendente que eso.
Si AMLO quiere mantener sus programas y apoyar a Pemex es muy posible que no se salve de incurrir en un déficit primario. Al mismo tiempo, si la reactivación económica no prospera rápidamente y la crisis se intensifica, el gobierno mexicano estaría obligado a recurrir a líneas de crédito que para entonces podrían resultar más costosas de lo que actualmente son.
Un desequilibrio en las finanzas es muy peligroso y, ahí, todos perdemos. Como vamos, nos enfilamos a un callejón sin salida. Ya lo dijo Arturo Herrera, secretario de Hacienda, en una reunión con los legisladores de Morena, el partido en el poder: “México vivirá la crisis más fuerte desde 1932; es casi el peor momento económico del país en el último siglo”.
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El cabildeo para incidir en los planes del gobierno se intensificará. El próximo 10 de septiembre, Ricardo Monreal sostendrá una reunión con empresarios, quienes le compartirán sus preocupaciones alrededor de impuestos, apoyo a pequeñas y medianas empresas, proyectos de infraestructura. Una de las batallas estará en el posible incremento de impuestos a productos con alto contenido calórico. El sector privado acusará que el dinero recaudado en otros ejercicios fiscales no ha sido usado para promover campañas de combate contra la obesidad y la diabetes. La respuesta es de pronóstico reservado.
Nota del editor: Jonathán Torres es periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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