En el segundo trimestre el impacto ha sido durísimo para nuestra economía con una caída del 18.7%; pocos países cayeron tanto, por ejemplo, la de Estados Unidos, que cayó 9.5%. Si lo anualizamos, la caída estadounidense ha sido de -32.9% y la de México -53.2%. Aunque las dos economías son diferentes, en México el golpe al turismo ha sido brutal porque representa el 8% del PIB.
Sin embargo, todo indica que la economía de México ha caído mucho más que la mayoría de los países porque los apoyos fiscales han sido solo del 0.4% del PIB, a diferencia del gobierno de los Estados Unidos, el cual ha tenido un papel muy activo para enfrentar la crisis. Recordemos que estamos en una crisis sin precedentes y se necesitan medidas extraordinarias para hacerles frente.
De todas formas, la deuda en México va a aumentar de forma considerable hasta niveles de alrededor del 60% del PIB y se siguen desperdiciando recursos en Pemex y CFE, donde además se hizo una contrarreforma en pensiones que obligará un mayor pago de sus pensiones con cargo a las finanzas públicas del país.
El contexto internacional no va a ayudar mucho porque se espera una recuperación relativamente lenta y habrá que analizar el impacto que tendrá el aumento enorme del déficit fiscal en el mundo, que estará alrededor del 10% del PIB, porque muchos países van a tener problemas por los altos niveles de deuda.
Las tensiones entre Estados y China van a continuar, la disputa por la supremacía económica en este siglo XXI sigue en marcha y los países tendrán que tomar la decisión hacia qué potencia van a apoyar Estados Unidos o China.
Se viene el último cuatrimestre del año y es previsible no solo en México, sino en el resto del mundo, que aumenten las empresas que van a quebrar ante la caída de los ingresos en hogares y empresas, y junto con el aumento de la deuda pública, serán un reto importante para la recuperación económica.