Este contexto empuja a la creación de un plan de acción que deberá motivar a la adaptabilidad y a la resiliencia de las empresas. En relación con esto, el Foro Económico Mundial (FEM) plantea una serie de elementos para generar disrupción a largo plazo, entre los cuales se encuentran el diseño de nuevas estrategias de negocios, infraestructura y recursos técnicos para crear transparencia en las cadenas suministro globales; y colaboraciones públicas-privadas que permitan generar conocimiento replicable para la mejora de los procesos logísticos.
Como nuevas tácticas de negocio, los productores deben seleccionar a sus socios de una manera más estratégica, privilegiando relaciones de mediano plazo y en donde sea posible desarrollar la integración de proveedores locales, lo cual resultará en una reducción de costos logísticos, así como una rápida entrega de los productos, creando una cadena de suministro sólida y resiliente que prevenga actuales y futuras contingencias.
Otro elemento clave para el fortalecimiento de la red integrada por productores, proveedores, distribuidores y otros actores estratégicos, es el e-commerce B2B, ya que permite una comercialización efectiva integrando tecnología a su propuesta de servicios. El boom global de la mano con la incertidumbre de ganar o perder ventas ha impulsado nuevas formas de organización interna, que mejore sus procesos y por ende, su posicionamiento dentro de la cadena de suministro.
La aceleración de la transformación digital y el empleo de tecnologías como el Blockchain y Big Data, además de la capacitación del capital humano para la generación de conocimientos y habilidades, que impulsen el desarrollo de modelos de predicción ante futuros escenarios de riesgo, también es una alternativa para la transparencia y generar estrategias efectivas basadas en tecnologías de vanguardia.
En este período de contingencia, existen oportunidades para la colaboración público-privada. El FEM ejemplifica esto por medio de la confrontación entre los gobiernos de Estados Unidos y China, los cuales podrían eliminar los aranceles artificiales generados por la guerra comercial, para que se pueda transportar un mayor volumen de suministros y bienes alrededor del mundo, y así combatir y mitigar el desabastecimiento que está ocasionando el COVID-19.