Este mensaje es muy relevante en términos de política monetaria porque podría significar que la tasa de interés se mantendría en niveles bajos por más tiempo de lo que se esperaba.
En el contexto extraordinario de la emergencia sanitaria, este mensaje es, naturalmente más relevante que el de otros años, aunque lo cierto es que el Simposio Anual de Jackson Hole ha sido uno espacio importante para la reflexión sobre temas económicos.
El evento se ha realizado de manera ininterrumpida en el centro turístico Jackson Hole, en Wyoming, Estados Unidos, desde 1978, en donde banqueros centrales, académicos, ministros de finanzas, medios de comunicación, y financieros, de todo el mundo se reúnen para discutir los tópicos económicos más relevantes. Por su trascendencia, algunos le llaman el Davos de los banqueros centrales.
La primera conferencia de este tipo se llamó “Comercio agrícola mundial: potencial de crecimiento”, y se llevó a cabo en la ciudad de Kansas, Misuri, donde está la sede de la Reserva Federal de Kansas, quien es la encargada de realizar el simposio.
Posteriormente, en 1982, los organizadores decidieron realizar el evento en Jackson, una localidad de Wyoming, para convencer a Paul Volcker, el entonces presidente de la Reserva Federal, de asistir, ya que era un pescador aficionado y en el lago de ese pueblo podría hacerlo.
Años más tarde, cuando Volcker era un asistente recurrente al simposio, atraído por las discusiones de teoría monetaria y por las buenas truchas que conseguía pescar, atrajo la atención de varios legisladores de Estados Unidos, donde podrían vislumbrar futuras decisiones de política monetaria con los comentarios del funcionario.
Desde entonces, el presidente de la Fed asistía por tradición, pero no fue sino hasta 1989 cuando alguien en ese cargó ofreció una conferencia formalmente. Fue Alan Greenspan y presentó los “Problemas de la política monetaria en la década de 1990”. A partir de ese momento, quien preside la Fed ha presentado una conferencia.