La globalización es una mezcla de procesos donde se involucran distintas nacionalidades que permite que la economía, política, cultura y la ideología de un país penetre en otros.
Es un proceso donde los avances tecnológicos hacen que la comunicación y la relación entre los distintos países del mundo se consoliden en un mercado, una sociedad y una cultura global por medio de una serie de transformaciones económicas, políticas y sociales haciéndolo extenso a todo el mundo. De tal forma que los métodos de producción y de flujos de capital se hacen a una escala mundial.
Una primera respuesta en la que podemos pensar: El movimiento de los radicales contra la globalización es de hecho muy heterogéneo. El movimiento conservador se define como anticapitalistas o antireformistas; entre los violentos y los pacíficos. En conclusión: el movimiento es tan multifacético como para poder articular un mensaje unívoco, desde Donald Trump hasta los que se escudan en el movimiento de Ayotzinapa tienen un común denominador, ir contra las reformas y la globalización.
El factor que une el movimiento anti-globalización es el malestar frente a un mundo dominante MacWorld, con las marcas empresariales de Nike, McDonalds o Coca Cola, en el que han sido eliminadas las diferencias y los contenidos, donde los supermercados, los cuartos de hotel, los grandes cruceros de automóviles, y así sucesivamente, que como en Katmand ̇, Colonia, y El Cairo, se ven cada vez más iguales.
OPINIÓN: Sin intimidad y con más impuestos...
Particularidades, según la cultura o el país, se disuelven cada vez más en favor de los patrones de consumo, que se unifican mundialmente. De la misma manera en que los idiomas de este mundo se bajan al nivel del mal inglés de la New Economy, los ambientes de la vida en cada lugar se asemejan entre sí hasta llegar a parecerse a los interiores de los aeropuertos.