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Si no actuamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?

La única forma de salir de esta crisis es con inversión productiva, la que genera empleos, la que ayuda a fortalecer las comunidades, opina Mauricio Hubard.
mar 20 octubre 2020 11:59 PM

(Expansión) – “Debemos tener mentes fuertes, listas a aceptar los hechos como son”: Harry S. Truman.

En el mes de octubre del año pasado escribí un articulo sobre la necesidad de buscar puntos en común entre empresarios y gobierno, en el que mencioné que México estaba detenido por los cambios políticos de un nuevo gobierno.

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A un año de distancia, la situación no solo no mejoró, ha empeorado de forma drástica. La pandemia y la respuesta del gobierno federal ha causado múltiples criticas en todos los sectores de la sociedad.

La crisis económica que enfrentamos no tiene precedente, las medidas contra cíclicas que se necesitan y que la mayoría de los gobiernos del mundo han adoptado, aquí no se dieron.

El gobierno argumenta que la capacidad de endeudamiento es muy baja, la relación de la deuda contra el Producto Interno Bruto (PIB) va a pasar del 48% en el 2019 a aproximadamente el 60% en el 2020, pero se debe principalmente a que el tamaño de la economía es menor.

Con un acuerdo nacional se podría utilizar la línea de 65,000 millones de dólares que tiene México con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para promover la inversión y generación de empleo, y llevar a cabo una reforma fiscal de fondo que cuente con el compromiso de todos los sectores, que se lleve a cabo después de las elecciones del 2021, y que permita el generar los recursos para el pago de esa deuda vía los impuestos de las empresas y las personas, del crecimiento de la economía que genera consumo y con éste, mayores ingresos al gobierno.

La única forma de salir de esta crisis es con inversión productiva, la que genera empleos, la que ayuda a fortalecer las comunidades.

El gobierno y la iniciativa privada han anunciado progamas de inversión que no se han hecho realidad; la actitud y acciones del presidente no han generado confianza a la inversión, sino todo lo contrario, desconfianza.

No es la primera vez que la iniciativa privada se enfrenta a un gobierno adverso a las empresas, a la inversión privada. En sexenios anteriores, como el del presidente Luis Echeverría, se llegó a un punto de total rompimiento con el gobierno por sus políticas y ataques a los empresarios, donde el punto de quiebre fue el secuestro y asesinato del gran empresario Eugenio Garza Sada en 1973; en menor medida, pero también adversa, a finales del gobierno del presidente José López Portillo, que llegó a la nacionalización de los bancos.

En ambas ocasiones, a pesar de estos hechos, los empresarios sacaron la casta, se unieron y encontraron formas de invertir en México, de hacer contrapesos a la actitud del gobierno, de continuar con la generación de empleos y su apuesta dio frutos.

Recientemente, los empresarios regiomontanos lanzaron un programa para activar la inversión y desarrollo de las empresas en Nuevo León, los empresarios de Monterrey siempre se han distinguido por su unidad y compromiso con su estado y con el país.

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Hay ejemplos de diversas empresas, nacionales y extranjeras, que han continuado invirtiendo y anunciado más inversiones en México, un ejemplo es Ford.

La única forma de salir de la crisis económica en la que nos encontramos es promoviendo la actividad productiva, la generación de empleo, la inversión tanto nacional como extranjera; entender la responsabilidad social que tenemos como mexicanos, empresarios e inversionistas para con México.

Sumar voluntades, fomentar la actividad colaborativa entre las empresas de todos tamaños, tener visión de mediano y largo plazo, actuar proactivamente.

Ya es muy claro que las colaboraciones entre el gobierno e iniciativa privada va a ser muy difícil, no se puede seguir esperando que el primero reaccione para que los empresarios actuemos.

Es hora de volver a sacar esa casta que hemos visto antes, la solidaridad que los mexicanos hemos demostrado en diversas ocasiones, de apostar por México.

La inversión extranjera que necesitamos es la directa (IED), no solo la que llega a bonos del gobierno por el diferencial de tasas entre las mexicanas y otros países; pero justamente por las tasas, incluso negativas que se encuentran por ejemplo en Estados Unidos, Inglaterra, Suiza, Holanda, entre muchos otros países, hacen que la inversión en empresas y proyectos en México sea atractiva, pero debemos promoverla, generar los esquemas que generen confianza, con compromiso a mediano y largo plazo.

También en las crisis se generan oportunidades, pero hay que buscarlas y desarrollarlas, actuar con creatividad, base del desarrollo empresarial.

La incertidumbre que el gobierno ha generado causa nerviosismo e incluso miedo a la inversión, el miedo paraliza, pero solo si lo dejamos adueñarse de lo mejor de nosotros, de nuestra voluntad; debemos de enfrentar ese miedo y actuar todos por el bien de nuestro país y su futuro. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?

Nota del editor: Mauricio Hubard es Fundador y Presidente de Juntos Financiera , estudió Relaciones Industriales en la Universidad Anáhuac del Sur, graduado de la escuela de Negocios de Harvard (Harvard Business School) en la maestría ejecutiva “Owners, President Management Program, OPM “ en la generación 34, es miembro activo del Harvard Alumni Association, ha tomado diversos cursos en esta escuela relacionados con Microfinanzas, Gobierno Corporativo, entre otros; Desarrollo de Instituciones Financieras en el JFK School of Goverment de Harvard, también de Responsabilidad Social de las Empresas por la Universidad de Stanford y el ESADE de Barcelona. Escríbele a hubardm@gmail.com. Síguelo en su cuenta de Twitter . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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