Así funciona el sistema electoral en EU | Biden vs Trump
En contraparte, para los líderes políticos se torna cada vez más difícil elegir a un candidato que represente a grupos tan diversos. No es sorpresa que Trump encuentre eco en una base que al menos es más unida y homogénea, mientras que los demócratas debían elegir a un líder que cautivara al ala más liberal y a los conservadores.
Joe Biden parecía el más indicado para amalgamar estos grupos, pues llevaba una delantera antes del 3 de noviembre. Aun cuando las encuestas de nuevo mostraban un margen amplio para Biden, los resultados ilustraron una contienda bastante cerrada. Incluso, el mapa electoral quedará muy parecido a 2016.
La diferencia recae en unos cuantos estados que cambien de partido. Esto quiere decir que las preferencias y, sobre todo, las divisiones, han prevalecido tras el mandato de Trump. Incluso, se avecinan protestas y manifestaciones violentas para invalidar el triunfo del contrario.
Estados Unidos ha sido reconocido como defensor de la democracia, con un sistema político de pesos y contrapesos que ayuda a mantener un balance de poder en un modelo bipartidista. Las elecciones han mostrado que la paridad sigue vigente en contiendas tan reñidas, pero esto no quiere decir que haya un equilibrio.
El problema no es que en la Cámara de Representantes coexistan los ultraconservadores y los más liberales, sino que haya los canales y mecanismos para generar un consenso en favor de la población. La superpotencia del mundo necesita de un gobierno cuya misión principal sea reconstruir las instituciones democráticas, conciliar a los bloques políticos y cohesionar a la sociedad.
Culpar a los anteriores, pronunciar un discurso antagonista y agravar las diferencias puede servir para poner un parche temporal, que apele a las quejas inmediatas de los ciudadanos, pero no sana al tejido social. No se trata de un partido, una personalidad mediática ni unos cuantos votos en algún estado.
Estados Unidos sienta el precedente de muchas tendencias y movimientos políticos alrededor del mundo. Todos debemos prestar atención a lo que ocurre en ese país, por las réplicas mundiales y el paralelismo que podamos vivir en nuestra trinchera.
La democracia es el poder de la mayoría; pero, en una población dividida, los intereses se desvirtúan, las minorías se multiplican y el poder, eventualmente, se disuelve.
Nota del editor: Antonio Michel estudió Relaciones Internacionales en el ITAM, donde es profesor, y tiene una Maestría en Administración Pública por la Universidad de Maxwell. Trabajó casi 7 años en la Administración Pública Federal, en las secretarías de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social, Energía y Gobernación. Su pasión son los asuntos internacionales, los asuntos políticos y la administración pública. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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