Como se ha visto en otras partes donde predominan estos líderes, el populismo sólo ha exacerbado las diferencias ideológicas, la exclusión social y la segregación política. Parecía que los comicios de 2020 fungirían como un referéndum a este estilo de gobernar. Sin embargo, los resultados tan cerrados señalan que, a pesar de sus fallas y críticas, el populismo prevalece como una opción asequible.
El país que se ha caracterizado por ser tierra de inmigrantes, defender la libertad de expresión y promover la igualdad de oportunidades, es el escenario de una sociedad muy dividida y, por lo tanto, propensa a la polarización. El manejo de la pandemia sirve como símil para evidenciarlo: casi 10 millones de casos positivos y 235,000 decesos, con indicadores menos favorables que aquéllos de países menos desarrollados.
Más allá de la tragedia humanitaria y los datos estadísticos, ha dado pie a la politización de muchos temas, hasta algo tan simple como el uso de cubrebocas. La preponderancia de dos partidos políticos hizo muy notoria la diferencia en el manejo de la información y en la ejecución de políticas de prevención.
Los estados con una inclinación demócrata optaron por medidas más cautelosas mientras que los republicanos aminoraron el riesgo. Además, los estragos de la crisis plasmaron las diferencias en acceso a los servicios, un impacto más severo en minorías étnicas y clases socioeconómicas más bajas, así como un sistema de salud pública incapaz de responder a las necesidades de sus ciudadanos.
En los debates previos a las elecciones, en vez de ahondar en esta problemática, el presidente Trump defendió orgullosamente el manejo, culpó a China por el esparcimiento del virus y negó haberse equivocado. Por otro lado, Biden portaba su mascarilla, hizo hincapié en las muertes y prometió una estrategia para afrontar al COVID-19.
Es posible extrapolar las aristas de ese ejemplo a muchísimos temas de la administración pública estadounidense: el racismo sistémico, la educación, la seguridad, la libertad de expresión, el cambio climático y los derechos de las minorías, entre otros. La información y los números convencen a unos mientras que los discursos populistas y los mensajes altisonantes en redes sociales apelan a otros.
No obstante, el padre de una familia blanca campesina de Iowa tiene el mismo voto que una hija de inmigrantes musulmanes en Nueva York. Una sociedad tan heterogénea vive en el mismo territorio y es representada por el mismo gobierno; todos deben votar por un solo mandatario y elegir legisladores para un Congreso compartido.