La pandemia acelera la revolución 4.0 en las empresas
La única forma de poder salir, ante la falta de una circulación de flujo de efectivos dentro la misma, dependerá de las facilidades, atracción y planes que permita la inversión en el país, trayendo consigo empleos, pago de impuestos y sobre todo continuidad en un plan del país.
Las ilusiones no son proporcionales a la cantidad de dinero que circula en un país, podemos hacer cientos de proyectos, planes de infraestructura, buenas intenciones o mejoras en empresas productivas del estado; sin “peculio” todo quedará en ilusos proyectos.
Estar en contracción económica ante la pandemia que paralizó este 2020 y decir que todos los países están igual de contraídos es no saber qué tiene el país donde vives.
¿Cómo mutar? Sólo hay que entender que la energía no tiende ideas como el dinero, que se utiliza para poder realizarlo; comprender que la inversión pública tiene un límite, que está en función de una recaudación fiscal y mejor adaptar un balance con lo privado, el cual puede asumir los riesgos que el sector energético tiene desde un aspecto financiero, operativo y de inversión en tecnologías que mejoren cada proyecto.
Es fundamental que las administraciones de un país, y en conjunto con los poderes Judicial y Legislativo, puedan proporcionar un ambiente de confianza, con certeza jurídica y que puedan permitir un mercado con armonía de igualdad bajo las normas y regulaciones que emanen, de acuerdo a un plan de largo plazo.
Parar la evolución continua de la energía hacia una mejor utilización habla de un país quimérico y sin credibilidad. En el mundo se ha adelantado cómo se espera empezar el año 2030, y se ha ajustado el reloj para caminar con un tiempo de implementación no mayor a tres lustros, para mejorar la calidad del aire, la temperatura y el uso de las energías primarias.
Todo aquel que no haya entendido lo acontecido en 2020 será un iluso.
Pocos han sabido entender estas ideas y ojalá algún día alguien sensato pueda tomarlas y aplicarlas en nuestro país para evitar iluisonar a quienes tienen el dinero para invertir, porque llegará un momento en que se cansarán y migrarán a otro lugar donde les ofrezcan mejores oportunidades.
Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión