Cuando no puedes huir y tu única opción es seguir
Y fue justo en ese momento cuando escuché el grito de Mike, el kayakista que me seguía: “¡Mariel, Mariel un tiburón!”. Pensé que me ayudarían a subir a la embarcación, pero no. Él me dijo: “¡Sigue nadando, no pares, ya falta poco!”. Entonces comprendí que no tendría otra opción más que continuar y que, junto con el resto de mi equipo, me estaba impulsando a hacerlo porque sabía que sería capaz de sortear a ese tiburón como ya había sorteado otras criaturas marítimas potencialmente peligrosas sin siquiera haber sido consciente de ello.
¿Te ha sucedido algo parecido alguna vez? ¿Has experimentado ese momento cuando piensas que lo más complicado ya pasó o que has superado una prueba, un gran obstáculo, y entonces te das cuenta de que no es así, que en el camino hay un nuevo reto o una prueba aún más complicada que la anterior y la realidad es que debes seguir sin importar qué?
Las revolcadas de la ola en el mar de la vida
El mar de la vida nos tiene de todo, amaneceres espectaculares, atardeceres de ensueño, pero también olas que nos revuelcan y tiburones que nos acechan. Esos tiburones toman todo tipo de formas: problemas de pareja o con los hijos, conflictos en el trabajo, incluso una pandemia global.
El confinamiento; la situación de angustia que genera la incertidumbre respecto a diversas circunstancias que en otra época dábamos por sentado; la posible pérdida de empleo y la enfermedad de nuestros seres queridos; todo ello nos coloca en una terrible situación, en un estado de alarma, temor y ansiedad, como si se nos hubiera aparecido un tiburón a la mitad de nuestro nado por la vida. Pero, ¿has intentado ver las cosas desde otra perspectiva?, ¿qué tal si este tiburón no solo llegó para aterrorizarnos, sino más bien para generar una transformación positiva en cada uno de nosotros?
Mírate al espejo y descubre tus tiburones
Los tiburones más peligrosos nos salen cuando nos vemos en el espejo, tiburones que te hacen pensar que no eres capaz, que no lo vas a lograr, que no eres suficiente. Esos tiburones nos acechan de diferentes formas, pero todos con la intención de que abandones tus metas. Cuando aparezca un tiburón en la vida, te invito a reaccionar de la siguiente manera:
- No te distraigas y sigue nadando: no permitas que esta criatura temible te aleje de tus sueños.
- No te llenes de temor, mejor llénate de energía para seguir adelante: el miedo te paraliza y te impide continuar, es mucho mejor visualizarte en el camino y seguir dando pasos firmes (sí, a pesar del temor) para lograr tu objetivo.
- Aprovecha el tiburón para redoblar tus esfuerzos y reafirmar tu compromiso contigo mismo(a) y con los que te rodean.
- Y lo más importante: no pierdas de vista tu meta, no te enganches con el tiburón, déjalo pasar y continúa el camino hacia tus sueños.