Muchos buscan trabajar con Pemex o CFE. Simplemente los contratos y obras en energía a realizar son en miles de millones de dólares y tienen vigencias que pueden ir de un mes hasta más de 20 años, pero esta antigua forma de actuar ha desaparecido a partir de la contracción financiera-económica acontecida en el mundo en 2008, 2015 y 2020, y el dinero necesario para poder cubrir la demanda de un mercado ha caído 100% en la responsabilidad en la nación para tener o contar con los recursos monetarios para su realización.
En la última década, en México se ha incrementado la necesidad de tomar de la naturaleza la energía primaria en un 6% y la base en los hidrocarburos en un 85%.
Mucha gente asume que energía y electricidad “significan lo mismo”, pero la electricidad es solo un componente del consumo total de energía. Esta presunción ha matado el desarrollo energético del país, debido a que salen mesías energéticos que indican y creen que deciden lo mejor para el país.
Todos podemos opinar, argumentar o emanar una idea con referencia a las energías primarias, pero pocos son los que entienden la transformación de estas para su utilización en forma continua, y con una menor cantidad de rechazo (no utilización) al medio ambiente.
Los proyectos de energía están fundamentados en una lógica de matemáticas, ingenierías y financiera para su concepción. En esta parte no es bueno que alguien opine sin conocimiento de causa; ser un mesías en cálculos, sin saberlos, creará desconfianza y más problemas donde no hay.
Una vez conceptualizado el proyecto energético, es el tiempo en que las normas, leyes, regulaciones o facilidades sean acopladas para su realización dentro del mercado. En los tiempos actuales, limitar significaría un retraso a las tecnologías ante acuerdos realizados para mejorar la calidad de vida de los seres vivos en el planeta.
En esta parte deberá surgir el mesías (un Plan de Nación Energético de largo plazo) cuyo fin será contener y ejecutar en armonía la inversión privada y pública para poder ser parte del negocio energético mundial.
La mayoría de las naciones depende actualmente de carbón, crudo y gas (energías primarias) para al menos las próximas tres décadas. El negocio de la energía ha dado a pie a que empresas a nivel mundial, como Shell, han indicado en estos días que la mezcla de sus negocios cambiará de tener casi un 99.9% en el mercado de hidrocarburos, de mutar para la década de 2030, incluir en un 30% en electricidad con energías limpias.