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¿En México necesitamos un mesías energético?

En el caso de haber un mesías energético, deberá estar rodeado de apóstoles que sepan trasmitir el mensaje a las futuras generaciones, opina Ramses Pech.
mar 22 diciembre 2020 12:02 AM

(Expansión) – ¿Hubo, hay o habrá una persona en quien se ponga una confianza absoluta y de quien se espera solucione alguna situación problemática o negativa en la parte energética de nuestro país?

Un mesías energético no debe ser una sola persona, es y deberá ser el conjunto de ideas reales de varias entes para crear el plan de nación de largo plazo en las próximas décadas; aquel que diga que lo es o será, sólo está ofreciendo palabras no sustentadas en una realidad con visión en el futuro.

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Muchos buscan trabajar con Pemex o CFE. Simplemente los contratos y obras en energía a realizar son en miles de millones de dólares y tienen vigencias que pueden ir de un mes hasta más de 20 años, pero esta antigua forma de actuar ha desaparecido a partir de la contracción financiera-económica acontecida en el mundo en 2008, 2015 y 2020, y el dinero necesario para poder cubrir la demanda de un mercado ha caído 100% en la responsabilidad en la nación para tener o contar con los recursos monetarios para su realización.

En la última década, en México se ha incrementado la necesidad de tomar de la naturaleza la energía primaria en un 6% y la base en los hidrocarburos en un 85%.

Mucha gente asume que energía y electricidad “significan lo mismo”, pero la electricidad es solo un componente del consumo total de energía. Esta presunción ha matado el desarrollo energético del país, debido a que salen mesías energéticos que indican y creen que deciden lo mejor para el país.

Todos podemos opinar, argumentar o emanar una idea con referencia a las energías primarias, pero pocos son los que entienden la transformación de estas para su utilización en forma continua, y con una menor cantidad de rechazo (no utilización) al medio ambiente.

Los proyectos de energía están fundamentados en una lógica de matemáticas, ingenierías y financiera para su concepción. En esta parte no es bueno que alguien opine sin conocimiento de causa; ser un mesías en cálculos, sin saberlos, creará desconfianza y más problemas donde no hay.

Una vez conceptualizado el proyecto energético, es el tiempo en que las normas, leyes, regulaciones o facilidades sean acopladas para su realización dentro del mercado. En los tiempos actuales, limitar significaría un retraso a las tecnologías ante acuerdos realizados para mejorar la calidad de vida de los seres vivos en el planeta.

En esta parte deberá surgir el mesías (un Plan de Nación Energético de largo plazo) cuyo fin será contener y ejecutar en armonía la inversión privada y pública para poder ser parte del negocio energético mundial.

La mayoría de las naciones depende actualmente de carbón, crudo y gas (energías primarias) para al menos las próximas tres décadas. El negocio de la energía ha dado a pie a que empresas a nivel mundial, como Shell, han indicado en estos días que la mezcla de sus negocios cambiará de tener casi un 99.9% en el mercado de hidrocarburos, de mutar para la década de 2030, incluir en un 30% en electricidad con energías limpias.

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Otras como Valero han invertido para crear diésel verde e incorporar 33 turbinas eólicas en sus procesos, así como invertir en la petroquímica (el negocio del futuro, reducción del consumo de crudo a partir del 2033 y aumento de la demanda del gas natural). En nuestro país, Pemex por el momento fue eliminada la subsidiaria de cogeneración de electricidad y actualmente está dentro de transformación industrial, y no se ve el negocio, por lo que desaprovecha el futuro.

Me hago esta pregunta: ¿es una nueva estructura en el negocio energético, en el que parte de esta estructura radica fundamentalmente en mejorar la calidad del aire y tener menor rechazo de las energías primarias en forma de calor al medio ambiente?

En la última década, Europa ha reducido en el consumo de energías primarias en un 6%, un contraste con los países de Asia-Pacífico que han aumentado en un 31%. Esto dista mucho del objetivo que fue planteado el pasado12 de diciembre, en la cumbre sobre la Ambición Climática, que coincidió con el 5º aniversario del Acuerdo de París, y no participamos como nación.

Desde el 2016 las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) indican los compromisos que como país se están haciendo. A México no le creen porque se incrementó en un 6% la toma de la energía primaria, y al no estar alineado operativamente al Acuerdo de París.

Un tomador de decisiones no es un mesías, es alguien que sabe del tema, ha estado y ha aplicado los fundamentos de las matemáticas, de las ingenierías y los financieros para concebir un plan energético. ¿En México necesitamos un mesías energético?

Además, en el caso de haber un mesías energético, deberá estar rodeado de apóstoles que sepan trasmitir el mensaje a las futuras generaciones.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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