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Networking: el éxito en las relaciones interpersonales

Es indispensable que un líder desarrolle la sensibilidad requerida para adaptarse a los variados contextos en los que le toca desempeñarse, considera Guillermo Fournier.
sáb 26 diciembre 2020 12:00 AM

(Expansión) – Las personas necesitamos de nuestros pares para alcanzar objetivos y obtener logros. Si algo nos deja claro la evolución histórica de la humanidad, es que los grandes progresos se han materializado gracias a la cooperación entre individuos; desde la caza de enormes bestias en la prehistoria, hasta la llegada del hombre a la Luna en la modernidad, la suma de esfuerzos y el apoyo complementario entre seres humanos nos ha permitido transitar hacia el futuro.

Así, desde niños aprendemos a relacionarnos con terceros en diferentes contextos; es durante la infancia y la adolescencia que desarrollamos nociones sobre nuestro papel como integrantes de una comunidad. Más tarde, en la adultez, nos volvemos conscientes del poder de las relaciones interpersonales, así como de las ventajas de desenvolvernos con habilidad dentro del entorno social.

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Si bien el concepto de Networking se ha extendido a escala global, también es verdad que este se ha degradado en importante medida, lo cual hace que se pierda el enfoque esencial del término. Como prueba de ello tenemos los múltiples foros, lecturas y talleres donde se presenta al Networking como el arte de acercarse a personas con cierta influencia, recursos o poder, con el propósito de obtener el mayor provecho posible de esas relaciones y sin dar nada a cambio.

Evidentemente, esta perspectiva maquiavélica, se basa en vicios como el egoísmo, el utilitarismo y la deshonestidad. Quien se conduce bajo estas premisas, difícilmente reconoce la trascendencia de la confianza y la reciprocidad, como los dos pilares de las relaciones personales de calidad y elementos indispensables en cualquier red de contactos sólida.

En realidad, el auténtico Networking consiste en un intercambio de valor que se da de manera fluida y permanente entre sujetos con distintos talentos, perfiles y visiones. Por ello, si tienes la intención de establecer una red de contactos de provecho, en primera instancia, será necesario que te ocupes de ofrecer valor en tu entorno. En la medida en que cuentes con el potencial de aportar conocimiento, experiencia, o creatividad, atraerás hacia ti a personas que, como tú, tengan aspiraciones y metas por cumplir.

Es indispensable que un líder desarrolle la sensibilidad requerida para adaptarse a los variados contextos en los que le toca desempeñarse, identificando posibles aliados y creando lazos de confianza. La idea es poner el foco en el aspecto humano: cuando se coloca por delante el interés profesional (como el afán por cerrar una venta o ganar un cliente) los resultados no suelen ser óptimos, pues la motivación egoísta termina por descubrirse. En cambio, cuando se presta atención a la relación interpersonal, y se le aprecia como valiosa por sí misma, se generan vínculos duraderos.

El Networking es crucial para el éxito profesional, pero también lo es para llevar una vida más plena; una red de contactos nos puede servir para armar un proyecto ganador, iniciar un negocio rentable, o luchar por una causa justa; saber relacionarnos nos convierte en mejores profesionales, y, del mismo modo, contribuye a convertirnos en mejores seres humanos.

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Eso sí: puesto que las amistades, el compañerismo y las alianzas entre socios, se cultivan día con día, el Networking es un hábito que se adquiere por medio de la práctica; no obstante, sin duda alguna, sus frutos son sumamente dulces. La generosidad es el mejor atributo de un buen networker, porque una red profesional y humana sigue una dinámica similar a la de una cadena de favores.

Aquel que ha edificado una red de contactos robusta, verá multiplicadas sus oportunidades de éxito; en tiempos de bonanza, recibirá propuestas de diversa índole, ya que sus cualidades laborales y calidez humana resultarán atractivas para empresas u organizaciones; en situaciones de adversidad, probablemente contará con el favor de algún socio o aliado al que se haya tendido una mano en el pasado.

Tal como aseguraba el gran autor Ralph Waldo Emerson: “Toda persona con que me topo en el camino es superior a mí en algún sentido, y, en ese sentido, puedo aprender de ella”. Nunca subestimemos el alcance de un buen lazo personal con otro ser humano; en el terreno profesional, invirtamos tiempo y voluntad en construir relaciones duraderas basadas en la confianza, el respeto y la reciprocidad.

El Networking es un recurso imprescindible, que debe ser empleado con dimensión humana y sentido ético para optimizarse.

Nota del editor: José Guillermo Fournier Ramos es docente en la Universidad Anáhuac Mayab. Vicepresidente de Masters A.C., asociación civil promotora de la comunicación efectiva y el liderazgo social. También es asesor en comunicación e imagen, analista y doctorando en Gobierno. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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