Publicidad
Publicidad

Innovación frugal: un enfoque diferente para transformar la realidad

El cambio de paradigma consiste en hallar fórmulas para que las tecnologías (y sus beneficios) estén a disposición de todas las personas, opina Guillermo Fournier.
mar 01 diciembre 2020 06:00 AM

(Expansión) – La dinámica de la evolución digital y el vertiginoso desarrollo tecnológico propios de la era contemporánea nos llevan a valorar en su justa dimensión el importante papel de la innovación como herramienta para solucionar problemas y mejorar nuestro entorno.

Dentro del paradigma actual, la ciencia y la creatividad fungen como aliadas con el propósito de optimizar los recursos tecnológicos en beneficio de las personas. Ello ha permitido avances notables en las ultimas décadas, gracias a los cuales hoy disfrutamos de computadoras y teléfonos inteligentes, así como de plataformas digitales que ofrecen servicios atractivos; incluso podemos adquirir un automóvil eléctrico o aparatos robóticos para facilitar las labores domésticas de limpieza.

Publicidad

En medio de este contexto, comienza a tomar fuerza un enfoque distinto de la noción de innovar, con el cual se busca comprender el proceso creativo desde una nueva perspectiva: no solo como un instrumento para obtener mayores ganancias al vender más productos, sino como un recurso para resolver problemáticas que afectan a las comunidades.

La innovación frugal como concepto surge en la India. Un país complejo por contar con una población de más de 1,000 millones de personas, con significativos niveles de pobreza y recursos limitados para atender las necesidades sociales dentro de su territorio. Los habitantes indios más desfavorecidos, generación tras generación, han tenido que desarrollar una habilidad imprescindible para su supervivencia: la capacidad de hallar soluciones y oportunidades, con los elementos al alcance en un entorno de escasez. En el idioma hindi, a esto se le conoce como ‘jugaad’.

Basta con realizar una breve investigación en la Internet para encontrar cientos de ejemplos de lo que la innovación frugal ha logrado colocar en el mercado a precios accesibles en los últimos años: refrigeradores que no requieren energía eléctrica para funcionar; filtros purificadores de agua efectivos y económicos; máquinas para hacer electrocardiogramas por menos del equivalente a 50 pesos mexicanos; etcétera.

El cambio de paradigma consiste en hallar fórmulas para que las tecnologías (y sus beneficios) estén a disposición de todas las personas; democratizar el avance científico es una asignatura pendiente en un mundo de profundas desigualdades. Es legítimo que una compañía que fabrica gadgets invierta dinero en el desarrollo de más y mejores aplicaciones para vender a precios más elevados sus atractivos productos y obtener así un mayor margen de utilidad.

Lanzar al mercado un teléfono móvil con una cámara súper sofisticada, quizá satisfaga la demanda específica de un mercado particular, pero no disminuye la mortalidad infantil, ni se traduce en menores índices de pobreza. Los proyectos de innovación frugal se orientan a la tarea de hacer eficientes los recursos para crear soluciones sencillas, flexibles y baratas.

Publicidad

Más aún, aunque el Sudeste Asiático, Latinoamérica y África son las principales regiones donde se construyen proyectos de innovación frugal, en el último decenio ha crecido el número de emprendedores occidentales (principalmente filántropos) que apuestan por este nuevo modelo para cambiar la realidad.

Ahí tenemos el caso de la Fundación Bill y Melinda Gates con sus prototipos de excusados que no utilizan agua ni requieren de drenaje alguno para funcionar. Este diseño busca mejorar las condiciones sanitarias de las comunidades marginadas, evitando la proliferación de enfermedades diarréicas infecciosas. La creatividad y la voluntad por transformar pueden salvar incontables vidas humanas. Empresas de electrónica como Philips también se han sumado a la tendencia, ampliando su oferta de productos para dirigirse a mercados con menor poder adquisitivo.

Las nuevas generaciones están llamadas a revolucionar paradigmas para transitar hacia un desarrollo económico mucho más sostenible, que tome en cuenta la dimensión humana, y se aboque a combatir asignaturas pendientes como la pobreza y la desigualdad. Hacer más con menos de la mano de la creatividad; administrar la escasez de los recursos, e idear soluciones simples.

El pensamiento frugal será uno de los protagonistas en el marco de la globalización, que exige replantear sus prioridades y aspiraciones. El bienestar necesita ser inclusivo y extenderse por el orbe con el apoyo de la innovación, el emprendimiento y el liderazgo.

Nota del editor: José Guillermo Fournier Ramos es docente en la Universidad Anáhuac Mayab. Vicepresidente de Masters A.C., asociación civil promotora de la comunicación efectiva y el liderazgo social. También es asesor en comunicación e imagen, analista y doctorando en Gobierno. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad