Joe Biden y Kamala Harris, historias de vida que ganan elecciones

Con esta ratificación, ambos políticos se convierten (formalmente) en la dupla de personajes más influyentes del planeta. No es poca cosa, por lo que vale la pena reflexionar en términos de comunicación (pues en términos políticos los análisis abundan) sobre algunas de las claves por las que esta fórmula demócrata logró sacar a Donald Trump de la Casa Blanca. Y una de estas claves justamente está en la articulación del storytelling durante su campaña.

Pues bien, empecemos señalando que el storytelling es una herramienta que busca contar, desarrollar y adaptar historias utilizando elementos específicos— personajes, ambiente, conflicto y un mensaje — en eventos con inicio, medio y fin, para transmitir un mensaje de forma perdurable al conectarse con el lector/audiencia a nivel emocional.

Si bien es cierto que utilizar el factor emotivo en las campañas políticas no es nuevo, lo que sí resulta irruptivo es la forma en que se están contando ahora las historias; y, sobre todo, las herramientas digitales para hacer llegar estos mensajes.

Regresando a la dupla demócrata Biden-Harris, ambos personajes cuentan con historias de vida muy singulares que fueron capitalizadas con una gran pericia y efectividad por su equipo de campaña con el fin de conectar con un electorado sediento de encontrar elementos narrativos con mayor soporte y sustancia.

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Quedaba claro que las historias que venía contando Donald Trump para atraer votantes estaban desgastadas. El orgullo estadounidense (incluso racista para muchos), como factor para poner a Estados Unidos a un lugar que, a decir de él, necesitaba recobrar y en el que los inmigrantes no tenían cabida, se convirtió en una historia ya bastante utilizada y caduca.

Joe Biden es un político con una historia muy emotiva y humana que merecía ser contada. Los detalles de su vida tocan fibras sensibles para millones. Hijo de un matrimonio con profundas raíces católicas irlandesas, quienes tuvieron que trasladarse a Delaware al enfrentar una crisis económica. La necesidad de llevar dinero a casa y la amenaza constante del alcoholismo estuvieron presentes en su infancia. Por su tartamudez fue objeto de burlas durante su niñez y adolescencia.

Su vida personal ha estado además marcada por el fallecimiento de importantes integrantes de su familia. En 1972, Biden recibió una llamada para comunicarle que su esposa Neilia y sus hijos Joe ‘Beau’, Hunter y la pequeña Naomi, de un año, habían protagonizado un accidente luego de que un tráiler los embistiera. De ese lamentable hecho, tanto la mujer como la niña fallecieron, mientras que Joe, de 4 años, y Hunter, de 2, seguían heridos. En fin, su vida siempre ha estado envuelta en momento tan trágicos como emotivos.

La historia de Kamala Harris también cuenta con una importante carga emotiva; pero, sobre todo, simbólica. En términos de comunicación, la icónica figura de la primera mujer de raza mixta –de origen negro y asiático- en convertirse en vicepresidenta de Estados Unidos no es cosa menor. Su sola presencia atrae.

En diferentes foros, Harris no pierde la oportunidad de contar la historia de amor de sus padres. Ella originaria de India y él, de Jamaica. Estudiantes de posgrado extranjeros e idealistas que participaron de lleno en el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. Su perfil siempre ha estado muy orientado a la defensa de los derechos humanos.

Y ante las actuales tensiones raciales en Estados Unidos, Kamala Harris y su perfil han tomado un rol destacado, utilizando su plataforma para amplificar las voces más progresistas. Su historia de vida, contada con los elementos correctos, la posicionan como la aliada perfecta de las minorías, que representan el motor que mueve a la Unión Americana.

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Luego entonces, ¿cuáles fueron los elementos clave para que estas historias tuvieran repercusión en lo individual y en lo colectivo? Basta decir que gran parte del éxito de la colocación de una historia y de un storytelling que penetre está justamente en la selección de un contenido potente como pilar de la historia, incluso por encima del personaje.

Un buen storytelling debe, forzosamente, tener al menos estos cinco elementos básicos: mensaje, ambiente, personajes, conflicto y desenlace. Y sin duda, la narrativa de estas historias difundida entre los votantes fue exitosa justamente porque se enfocaron en cumplir con estos conceptos.

En conclusión, el storytelling se ha convertido en una herramienta que nos permite acortar distancias, acercar audiencias, conectar emociones, constuir arquetipos. Todo ello, en términos de comunicación, son oro molido cuando de colocar mensajes se trata.

Nota del editor: Josette Trespalacios es Directora de Taller de Ideas RP, consultora de comunicación. Es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Iberoamericana. Síguela en Twitter , Facebook y/o LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

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