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Bonos verdes para la recuperación económica

Los bonos verdes aún representan una proporción reducida del mercado de deuda global, pero lo interesante ha sido su crecimiento exponencial, apunta José Luis Reséndiz.
mié 13 enero 2021 05:00 AM

(Expansión) – El sistema financiero internacional está experimentando una acelerada transformación para revertir el cambio climático. Además, la crisis económica provocada por la pandemia ha hecho que gobiernos busquen impulsar una recuperación sustentable.

Tal es el caso de Estados Unidos, con la nueva administración de Biden, o Reino Unido, después de la separación con la Unión Europea. El primer paso, en ambos casos, ha sido comprometerse a descarbonizar su economía en tres décadas, lo cual requerirá de una movilización de capital sin precedentes.

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Uno de los instrumentos financieros más relevantes para tal objetivo son los bonos verdes, cuyos fondos se destinan exclusivamente a financiar o refinanciar proyectos como energías renovables, infraestructura resiliente a desastres naturales, o transporte sustentable.

Los bonos verdes aún representan una proporción reducida del mercado de deuda global, pero lo interesante ha sido su crecimiento exponencial. Tan sólo en 2021 se espera que se emita una deuda de 500,000 millones de dólares, casi el doble de lo emitido durante más de una década, de acuerdo con el banco sueco SEB.

Otro ejemplo es el de la Unión Europea, quien anunció la emisión de bonos verdes por 225,000 millones de euros como parte del plan de recuperación económica, lo cual equivale a un tercio de los recursos de dicho programa.

Esto es una señal clara del cambio de paradigma financiero que corresponde a las declaraciones de líderes como el primer ministro británico, Boris Johnson, quien se ha comprometido a que Londres se convierta en el centro financiero líder en finanzas sustentables.

A pesar del creciente entusiasmo por los bonos verdes, hay críticas que señalan que el diseño de estos productos no es suficiente para lograr una transición creíble. En primer lugar, aún hay una falta de definiciones que determinen lo que es “verde” o “sustentable”.

Esto crea sospechas acerca de prácticas desleales como propaganda falsa de acciones sustentables (greenwashing, en inglés). La Unión Europea es la primera autoridad que implementará una taxonomía que permita aclarar estas consideraciones en 2022.

En segundo lugar, los fondos de los bonos verdes sólo pueden ser utilizados para proyectos con bajas o cero emisiones de carbono. Sin embargo, el tránsito a la neutralidad de carbono requiere mayores esfuerzos por descarbonizar los sectores más contaminantes como los de la minería, petróleo, gas o aviación.

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Como respuesta a esta necesidad, la reciente emisiones de “bonos vinculados a criterios de sustentabilidad” abren una puerta a inversionistas de estos sectores que no encontraban espacio en los bonos verdes. Estos bonos condicionan el nivel de sus tasas de interés al desempeño de las corporaciones para reducir sus emisiones de carbono.

Sin duda para el sector privado esto resulta atractivo, ya que se apuesta porque el costo del capital sea el incentivo central para promover una descarbonización de los modelos de negocios, no sólo de la implementación de un proyecto en específico.

Sin embargo, por parte de gobiernos no pareciera ser la mejor solución, dado que habría incentivos para buscar que no se cumplan los objetivos de sustentabilidad a cambio de mayores tasas de interés. Eso es una posibilidad aún no explorada en el este mercado emergente.

Posiblemente la pandemia haya logrado que se evite posponer acciones contundentes para revertir el cambio climático. Al menos esa es la señal en los mercados desarrollados. Para mercados emergentes, como México, es impostergable seguir esta ruta.

El primer paso será establecer un compromiso para alcanzar la neutralidad de carbono en menos de 40 años, lo cual requerirá de un estudio basado en evidencia científica que trace el trayecto hacia un futuro sustentable.

Nota del editor: José Luis Reséndiz es Investigador de Doctorado en el Programa de Finanzas Sustentables de la Universidad de Oxford y Fundador de ESG Latam. Síguelo en Twitter como @jl_resendiz Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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