La pandemia muestra la "pobreza oculta" en Japón
El análisis de Coneval sostiene que contar con elementos de monitoreo y evaluación permite identificar y priorizar las acciones, dar seguimiento a los avances y evaluar los resultados. De esta manera, se tiene evidencia de lo que sí funciona o de las oportunidades de mejora en el diseño o implementación de las políticas, programas o acciones, con la finalidad de alcanzar los mejores resultados de la intervención pública en la población afectada por los efectos de la pandemia. Sin embargo, 58.2%, es decir, 388 de los programas y acciones sociales utilizaron evidencia para el diseño de sus intervenciones. ¿El resto dispersó el dinero sin un análisis previo?
“A una mayor coordinación se hubiera dado un mayor impacto tanto en las coberturas como en los alcances de cada uno de los programas. Es posible tener una problemática y diferentes vías de solución, pero a mayor coordinación puedes tener una solución homogénea con un mayor impacto. La desagregación provoca un menor impacto al deseado”, dice José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Coneval.
En el escenario ideal, una plena coordinación y complementariedad entre los diferentes órdenes de gobierno es el mejor mecanismo para atacar un problema público. A casi un año de la pandemia en México, está claro que cada entidad tiene sus propias circunstancias y contexto, pero hasta la fecha no existe una política nacional para enfrentar la pobreza y otros males. Y no la habrá.
El combate a la pobreza y la atención a los derechos sociales no es una estrategia conveniente para los políticos. Para ellos, la vigencia de estos males resulta estratégica pues siempre habrá alguien que requiera de asistencia, que después se traducirá en un voto.
Vienen las elecciones y ya está muy socializada la sincronización entre los ciclos políticos y el gasto público. Cuantos más programas sociales tengan reglas de operación públicas, se aminorará el riesgo del mal uso de los programas sociales. Hay un largo trecho por recorrer para la cultura de la evaluación. La pregunta está en saber si los políticos quieren fortalecer esa cultura, dado que hoy lo más conveniente es dispersar el dinero, administrar la pobreza y las vulnerabilidades del pueblo.
Nelson Mandela decía: “Erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”. Para los políticos mexicanos, la pobreza es un mecanismo de poder.
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El próximo 15 de febrero, el INEGI dará a conocer la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, con cifras al cuarto trimestre de 2020. Ese lunes se sabrá oficialmente el alcance de una crisis que ha impactado a millones de mexicanos. La pobreza laboral de 2020, cuya medición arrancó en 2005, registrará el mayor nivel registrado en su historia. Habrá que estar atentos a su impacto por estados y lo que cada uno de ellos hizo (o no) para contrarrestarla.
Nota del editor: Jonathán Torres es periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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