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La inflación al desnudo

El problema radica en que la metodología de cálculo de la inflación es sencillamente obsoleta, considera Iván Franco.
jue 11 marzo 2021 12:07 AM

(Expansión) - ¿Te ha pasado que sientes que los precios suben más de lo que se dice?

Cada mes el INEGI publica el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del mes anterior. Acompañando a esta métrica, el instituto nos explica cuáles fueron los productos que más impactaron en él. Esto porque el índice de inflación general es un simple número ponderado, que sopesa numerosos productos de acuerdo con su peso relativo en el consumo de las familias. Supuestamente.

El uso de ponderadores fijos es una manera de simplificar en una sola cifra los incrementos y decrementos de precios de 297 productos genéricos que el INEGI muestrea en los canales de venta al menudeo.

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El diseño del cálculo del INPC tiene diversas falencias, no solo en México, sino en todos los países que siguen la misma metodología de cálculo. Es una metodología antigua y honestamente obsoleta. Realmente lo que vemos como inflación general es un número que puede o no representar a la realidad de los precios en el país.

En este contexto resulta relevante hacer una descomposición de los 297 genéricos a fin de entender, sin el efecto distorsionador de los ponderadores, la inflación que enfrenta cada individuo, dadas sus preferencias de consumo personal.

Por otro lado, el consenso de analistas se adhiriere a los conceptos de inflación subyacente y no subyacente para explicar el fenómeno de los precios por separado; pero, me parece que esta herramienta de nomenclatura no explica mucho. Porque es relativo determinar qué productos son volátiles de precio y cuáles no, cuáles son subyacentes y cuáles no.

Por ejemplo, en el mes de febrero de 2021, la inflación general medida por el INPC fue 3.76% comparada con el mismo mes del año 2020.

Sin embargo, cuando descomponemos ese índice, le quitamos los ponderadores y observamos los cambios de precios en los 297 genéricos individualmente, la perspectiva de la inflación cambia. De tener una métrica de 3.76%, con el efecto de los ponderadores, la media inflacionaria de los 297 genéricos es 4.28%, sin los ponderadores.

Si analizamos transversalmente la distribución de los cambios de precios de los 297 genéricos, 110 productos genéricos tuvieron aumentos entre 5% y 10% en el mismo mes, promediando aritméticamente 6.8%. Esta centena de genéricos son en su mayoría alimentos procesados y los demás, son productos de salud (impacto COVID-19), muebles y transporte, entre los más importantes.

La pregunta es, ¿esta centena de genéricos altamente inflacionarios está debidamente ponderada en el índice general?

Otros 91 genéricos tuvieron aumentos entre 2.5% y 5% en el mes de referencia. En suma, el 37% de los 297 productos genéricos que componen el INPC fueron altamente inflacionarios. 51% de los genéricos del INPC mostraron aumentos de más de 4% en el mes de análisis.

¿Por qué hacer este análisis?

La relevancia que tiene desmenuzar de esta manera los números radica en que cada consumidor enfrenta una estructura de cambios precios distinta y única. Los consumidores no se explican que la inflación general en realidad no se replica a la hora de ir al super y pagar la cuenta. La percepción es que los precios siempre aumentan más de lo que parece, y dicha percepción es correcta.

Por otro lado, es injusto decir que las autoridades maquillan las cifras, algo que no sucede. El problema radica en que la metodología de cálculo de la inflación es sencillamente obsoleta.

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En la práctica

Si yo fuera un banquero central estaría muy contento por contar con una métrica de inflación con estos ponderadores, porque generalmente el INPC tiende a achicar, por efecto matemático, el verdadero incremento de los 297 productos genéricos.

Sin embargo, hay repercusiones que merman el poder de compra, por ejemplo, en las revisiones salariales anuales, donde la mayoría de los trabajadores, si bien les va, recibe un aumento salarial en línea con la inflación general, pero, en términos de percepción, la gente sigue diciendo “es que ya no alcanza como antes”. Reitero, tiene razón.

El análisis transversal nos habla de posibles sesgos o presiones generalizadas sobre los precios genéricos, más que la simpleza que otorga la medición subyacente y la no subyacente.

La inflación al desnudo es pues una medición no ponderada que debería publicarse a fin de dar más transparencia a la metodología de cálculo del INPC actual.

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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