La respuesta se debe de construir en dos ejes. El primero es desde el entendimiento de las transformaciones más claras y generalizadas que hemos vivido.
Aquí yo resalto dos comportamientos clave. Primero, la transferencia de consumo hacia el hogar por un menor flujo en las calles, lo que genera cambios de hábitos en alimentación, higiene y cuidado personal. Segundo, la disminución del gasto en bienes duraderos, servicios y entretenimiento por el cierre de establecimientos.
El segundo eje de análisis es uno obvio, pero hasta ahora poco estudiado: los estratos sociales.
Hoy poco se ha discutido al respecto, y si bien en el agregado hay más gasto, esto no sucede por igual en toda la población. Lo anterior se vuelve de suma importancia cuando entendernos que además del gasto en consumo, el mexicano carga con muchas otras obligaciones y tensiones a las cuales deberá hacer frente. ¿Cómo afectaría esto en el consumo del hogar?
Primero, es altamente probable que el consumo al detalle se recupere en tiendas especializadas y departamentales. Un efecto contrario a lo que hoy hemos vivido no se descarta y, en consecuencia, no es loco pensar que hacia adelante podríamos ver una transferencia del consumo masivo ahora hacia otras industrias y sectores productivos.
Ya hacia el cierre del año se observó una pérdida de penetración en cerca del 50% de las categorías de consumo masivo.
Analizando la diferencia en gasto por niveles socioeconómicos, a lo largo del año los NSE bajos (el 25% de la población) mantuvieron tasas de crecimiento inferiores a las de la media población, lo que reflejó su menor capacidad de gasto. Además, sus hábitos de compra delataron lo obvio: su capacidad de compra es limitada, y más importante, está alcanzando ya su máximo. Este nivel se vio forzado a comprar cada vez menos artículos por ocasión para disminuir su ticket.
En línea con lo anterior, los niveles medios no son muy distintos. Ellos han tenido que sacrificar viajes de compra o bien unidades por cada visita para también hacer frente a sus limitantes de gasto. Aunque con menos presión, también muestran ya un cierto desgaste.