¿Por qué estas contradicciones? La razón es simple y es que el valor percibido que un consumidor asigna a un producto no siempre equivale al precio de venta de este, de ahí que como consumidores compremos productos económicos, promedio y premium según el valor que nos aportan.
Hablando de los precios al consumidor, en estricta teoría, las eficiencias tecnológicas llevarán al mercado a reducir los precios, no a incrementarlos. Entonces, ¿qué pasará con las marcas que buscan mayor valor? ¿El consumidor logrará su objetivo de tener siempre precios bajos?
Desde mi punto de vista, la realidad no siempre se parece a la teoría, y es que la constante innovación y el valor que los consumidores atribuyen a los bienes que satisfacen sus necesidades de consumo aumentarán compensando estas eficiencias y dando lugar a la valoración o ‘premiunización’ del consumo masivo.
Después de todo… ¿Quién quiere aceptar que sus necesidades cada vez valen menos? Al contrario, el consumidor, dentro de un sistema de capitalismo de mercado, siempre aspira a pensar que él, sus necesidades y, por ende, sus satisfactores valen cada vez más.
Ahora bien, ya decíamos que no todos los productos tienen el mismo valor para todos. La percepción varía por tipo de consumidor y frente a las circunstancias de cada uno. Un ejemplo burdo pero muy claro es el siguiente. Para decir que algo (20 pesos) es “caro”, lo comparamos con algo (10 pesos) más “barato”; así, para decir que algo (20 pesos) es “barato” lo comparamos con algo (40 pesos) más “caro”.
Como podrán ver, esta lógica resulta ser un tanto ilógica demostrando que estas conversaciones y comparaciones tan básicas y superficiales enfocadas en el precio pierden sentido cuando hablamos de valor.
Entonces definamos valor y pongamos alguna unidad de medida común tanto como para fabricantes y marcas como para consumidores. ¿Será esto posible?
Sí lo es. Para mí, esta medida común es la cantidad de “ocasiones de compra y de consumo”. Entre más compra y consumo se haga de una categoría y entre mayor sea la proporción que se hace a través de una marca, mayor es el valor real que tiene el producto para el consumidor.