Si bien será importante, existe la posibilidad que dicha adopción pierda algo de inercia a medida que se erradique la enfermedad con la vacunación masiva y se reactiven gradualmente las actividades económicas y productivas. Sin embargo, las empresas tendrán espacio para pensar en su estrategia de digitalización de forma más ordenada y secuencial.
Por lo pronto necesitan considerar algunos aspectos que permanecerán después de que abracemos la nueva normalidad. Por ejemplo, el trabajo remoto se convertirá en la norma y se combinará con jornadas presenciales cuando sea necesario.
Asimismo, los clientes están habituados a tener una experiencia omnicanal, y esperan que sus compras estén disponibles al instante, por lo que continuará perfeccionándose la automatización y las cadenas de distribución.
Por otro lado, la realidad aumentada y la realidad virtual se convertirán en recursos altamente atractivos para mejorar la experiencia de compra, mientras que la inteligencia artificial y el machine learning están permitiendo obtener los mejores insights de los datos que genera una empresa.
En este sentido, la próxima etapa de la transformación digital contempla un mundo multinube, en el que esta tecnología ya no será un recurso de cómputo central, sino que se coloca en la periferia (edge) para acelerar el procesamiento de datos y elevar la resiliencia y agilidad del negocio.
En 2021 y a futuro, el enfoque del cambio se orientará hacia el desarrollo de aplicaciones para diseñar productos digitales, prestar atención a clientes y empleados desde una nueva perspectiva, y donde la nube tendrá un rol fundamental.