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Integrar y avanzar

Los elementos positivos que implicó el integrar tecnología educativa a las clases tradicionales son piezas de la nueva forma de crear aprendizaje en los alumnos, apunta Rafael Campos Hernández.
jue 13 mayo 2021 12:01 AM

(Expansión) - Hoy día la educación superior de México se encuentra en una nueva etapa de transición. Por una parte, se vislumbra un retorno a las aulas de clase para el inicio del ciclo escolar con las precauciones marcadas por las normas de retorno seguro, higiene y sana distancia. Por la otra, existe temor de que las medidas de salud se cumplan parcialmente o sean insuficientes para preservar un espacio seguro.

La realidad es que la experiencia de instrucción en todos los niveles tendrá nuevas etapas que implicarán a los docentes ser ese líder que integra a todo su grupo para avanzar en la turbulencia del tiempo. De hecho, los elementos positivos que implicó el integrar tecnología educativa a las clases tradicionales son piezas de la nueva forma de crear aprendizaje en los alumnos.

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Entre estos métodos de una enseñanza efectiva que muestran resultados aún con el aislamiento físico se encuentran:

1) Estrategias de aula invertida. Los educadores que generaron piezas de contenido a revisar antes de la sesión de clase como videos con micro enseñanza, tareas de preparación al tema principal y artículos breves de lectura previa a la sección, comprobaron que una buena introducción a la clase inicia siempre con una planificación del estudiante sobre el contenido.

2) Aprendizaje activo. Las quejas manifestadas por los alumnos de sesiones aburridas en forma presencial, se hicieron escuchar también en las sesiones de video clase.

Los educadores desarrollaron nuevas tácticas para atraer la atención de los pupilos vía remota al no tener la certeza de tener la escucha de su audiencia. Es aquí donde atraer en forma continua, pedir que se mantuvieran abiertas las cámaras y motivar a la participación ordenada de los universitarios, impulso los avances del grupo.

3) Diálogo y discusión en grupos pequeños de los temas de estudio. La demanda de los educadores por dividir el gran grupo en conjuntos pequeños se ve reflejada en las nuevas funcionalidades de las herramientas de videoconferencia.

Después de un tema principal se busca que se afiance el diálogo en agrupamientos reducidos. Para ello se automatizaron herramientas para favorecer la creación de grupos de discusión que funcionaran en forma autónoma.

4) Encuestas anónimas sobre temas de clase. Las herramientas de opinión despersonalizadas permiten la expresión libre y natural del discípulo. Brindan información sobre la comprensión de la audiencia permitiendo medir los avances grupales.

5) Confiar en la acción ética y fundada en valores de los estudiantes. Un reto permanente de la educación apoyada en la tecnología es la honestidad de los participantes en la resolución de sus actividades de evaluación. ¿Estará el colegial resolviendo los exámenes de acuerdo a los apoyos permitidos? ¿El trabajo será original?

La verdad es que existen herramientas para detectar similitud entre trabajos o robots que siguen las acciones de la computadora del estudiante y saber si se consultaron fuentes lícitas. Sin embargo, es clave el fomentar la honestidad como pieza clave de su formación.

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Este es el país que más tiempo acumula sin clases presenciales por la pandemia

6) Uso de simuladores, laboratorios virtuales y realidad aumentada. Las prácticas de laboratorio físico se sustituyeron por acciones que obligaron a utilizar otras herramientas de simulación o virtualidad. Estas nuevas técnicas llegaron para ser parte esencial de nuevas experiencias del conocimiento.

Es verdad que la práctica física es clave para el desarrollo de competencias, sin embargo, el complemento virtual es ya parte de esta adquisición de nuevas habilidades.

7) Aprendizaje entre compañeros. La limitación del gran grupo de clase se apoyó en la energía de aprendizaje entre pares. Esta interacción social tuvo un incremento exponencial por medio de los chats personales, email, audios cortos, video chats, entre otros que reforzaron la comprensión de los contenidos. El aprendizaje auto-organizado y auto dirigido es un hecho real.

La pandemia trajo un experimento universal en la educación superior. Integró las tecnologías educativas a las clases. Obligó a maestros a aprender entre ellos el uso de nuevas herramientas. Impulsó a la comunidad estudiantil a crear estrategias de auto aprendizaje. Movilizó a los grupos a aprender entre pares, entre equipos y como conjunto.

Obligó a los padres de familia a entender lo agotador de la tarea docente. Abrió los ojos a los profesores a pedir con humildad el apoyo de los padres. Generó sinergias entre compañías de tecnología e instituciones educativas. Impulsó la transición a nuevas formas híbridas de comprender el aprendizaje y hacer educación.

El reto es integrar talento de los jóvenes con los maestros, e integrar las nuevas formas de enseñanza dentro de las prácticas presente y futuras. Esto es educar: impulsar a los universitarios a sacar lo mejor de ellas y ellos mismos.

Nota del editor: Rafael Campos Hernández es Rector Institucional de Aliat Universidades. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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