Aunque también hay otros en donde la transición energética ha enfrentado circunstancias - de capital y/o políticas – que han impedido mayores avances.
¿De qué lado vamos a estar en México en 5, 10 o 20 años?
Pregunto esto pues he tenido la oportunidad de escribir sobre el amoniaco, subrayando cuán valioso es, desde la perspectiva de la agenda del gobierno de López Obrador, articular la producción de éste con la de los fertilizantes.
El punto es que mientras en México la conversación – de la que he sido parte desde este espacio - abarca lo anterior, en otras latitudes ven en el amoniaco verde un protagonista de la descarbonización de la economía.
A diferencia del amoniaco convencional que se produce del gas natural y conlleva emisiones de dióxido de carbono, la producción del amoniaco verde es libre de emisiones y se obtiene al hacer reaccionar nitrógeno que se separa del aire de la atmósfera con el hidrógeno derivado de la electrólisis del agua, proceso que a su vez es alimentado por energía renovable.
Por su nula huella de carbono y la aplicación que puede tener en diversas industrias, el interés por el amoniaco verde está ganando impulso. En agosto del 2020, un grupo de compañías (Alfa Laval, Hafnia, Haldor Topsoe, Vestas y Siemens Gamesa) publicó un reporte sobre el uso del amoniaco como combustible marino y estimaron, entre otras cosas, que de un 25% a 50% del consumo total de combustibles de la industria naviera podría ser reemplazado por amoniaco para el 2050.
Para ello será necesario producir 150 millones de toneladas (Mt) de amoniaco verde (adicionales a las 180 Mt de amoniaco convencional producidos hoy en día), lo que también implica un enorme esfuerzo en cuanto a inversiones en energía fotovoltaica/eólica. He aquí quizá su principal reto.
El potencial del amoniaco verde ha llamado la atención de empresas que, a pesar de que su precio es por ahora mucho más alto que el del amoniaco convencional, han anunciado proyectos para producirlo, entre las que destaca por su volumen Yara , la empresa de fertilizantes noruega que busca reconfigurar una planta existente de amoniaco convencional para producir 500,000 toneladas para el 2025-2027.
El proyecto más ambicioso hasta el momento está en Arabia Saudita. Las empresas Air Products (Estados Unidos), ACWA Power y NEOM (Arabia Saudita) han firmado un acuerdo para desarrollar un complejo capaz de producir 1.2 millones de toneladas de amoniaco verde que se estima pueda operar en el 2025.
Si bien el mercado del amoniaco verde está en pañales, los anuncios de Yara y Air Products indican que las cosas podrían empezar a cambiar en unos años. Mucho dependerá de las políticas públicas que incentiven la inversión y descarbonización de la industria, las opciones que tengan las empresas en cuanto a disponibilidad y precio de materia prima convencional (gas natural) y energía eléctrica, el perfil y crecimiento de la demanda, entre otros muchos.