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El futuro del amoniaco es verde

A diferencia del amoniaco convencional que se produce del gas natural y conlleva emisiones de dióxido de carbono, la producción del amoniaco verde es libre de emisiones, asegura Adrián Duhalt.
vie 21 mayo 2021 12:01 AM

(Expansión) - La economía mundial está atada a las energías fósiles, pero en las siguientes décadas, dicha dependencia podría disminuir al tiempo que aumenta la importancia de fuentes alternativas de energía.

Dicha transición energética es como una carrera, donde algunos países – y empresas – van más adelantados que otros. Hay quienes están desarrollando las tecnologías y diseñando y aplicando las políticas públicas que les permitirán tener una matriz energética más sustentable, diversa.

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Aunque también hay otros en donde la transición energética ha enfrentado circunstancias - de capital y/o políticas – que han impedido mayores avances.

¿De qué lado vamos a estar en México en 5, 10 o 20 años?

Pregunto esto pues he tenido la oportunidad de escribir sobre el amoniaco, subrayando cuán valioso es, desde la perspectiva de la agenda del gobierno de López Obrador, articular la producción de éste con la de los fertilizantes.

El punto es que mientras en México la conversación – de la que he sido parte desde este espacio - abarca lo anterior, en otras latitudes ven en el amoniaco verde un protagonista de la descarbonización de la economía.

A diferencia del amoniaco convencional que se produce del gas natural y conlleva emisiones de dióxido de carbono, la producción del amoniaco verde es libre de emisiones y se obtiene al hacer reaccionar nitrógeno que se separa del aire de la atmósfera con el hidrógeno derivado de la electrólisis del agua, proceso que a su vez es alimentado por energía renovable.

Por su nula huella de carbono y la aplicación que puede tener en diversas industrias, el interés por el amoniaco verde está ganando impulso. En agosto del 2020, un grupo de compañías (Alfa Laval, Hafnia, Haldor Topsoe, Vestas y Siemens Gamesa) publicó un reporte sobre el uso del amoniaco como combustible marino y estimaron, entre otras cosas, que de un 25% a 50% del consumo total de combustibles de la industria naviera podría ser reemplazado por amoniaco para el 2050.

Para ello será necesario producir 150 millones de toneladas (Mt) de amoniaco verde (adicionales a las 180 Mt de amoniaco convencional producidos hoy en día), lo que también implica un enorme esfuerzo en cuanto a inversiones en energía fotovoltaica/eólica. He aquí quizá su principal reto.

El potencial del amoniaco verde ha llamado la atención de empresas que, a pesar de que su precio es por ahora mucho más alto que el del amoniaco convencional, han anunciado proyectos para producirlo, entre las que destaca por su volumen Yara , la empresa de fertilizantes noruega que busca reconfigurar una planta existente de amoniaco convencional para producir 500,000 toneladas para el 2025-2027.

El proyecto más ambicioso hasta el momento está en Arabia Saudita. Las empresas Air Products (Estados Unidos), ACWA Power y NEOM (Arabia Saudita) han firmado un acuerdo para desarrollar un complejo capaz de producir 1.2 millones de toneladas de amoniaco verde que se estima pueda operar en el 2025.

Si bien el mercado del amoniaco verde está en pañales, los anuncios de Yara y Air Products indican que las cosas podrían empezar a cambiar en unos años. Mucho dependerá de las políticas públicas que incentiven la inversión y descarbonización de la industria, las opciones que tengan las empresas en cuanto a disponibilidad y precio de materia prima convencional (gas natural) y energía eléctrica, el perfil y crecimiento de la demanda, entre otros muchos.

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Lo que el reporte sugiere es que, de aquí al 2050, el mercado del amoniaco en general crecerá conforme aumente la población, la necesidad de producir más alimentos y la economía, por lo que para cubrir parte de dicha demanda y alcanzar los objetivos de descarbonización, el amoniaco verde es la alternativa.

Mientras se llega a ese punto, un factor que podría vincular la producción con la demanda es aprovechar la infraestructura existente: puertos y terminales de almacenamiento que en una fase inicial hagan llegar el amoniaco verde a más usuarios. Actualmente, 120 puertos cuentan con las facilidades para el manejo del amoniaco convencional, por lo que estructurar el mercado del amoniaco verde no implica necesariamente partir de cero.

Algo similar ocurre con las plantas de amoniaco existentes, las cuales se pueden modificar para producir un amoniaco con menor huella de carbono, lo cual facilitaría la participación temprana de ciertos países o empresas. Es lo que ha empezado a hacer Yara en Noruega.

¿Hay en todo esto hay alguna oportunidad para Pemex o México? Lo planteo pues la petrolera nacional no solo tiene plantas de amoniaco en Cosoleacaque, Veracruz, también posee un amoniaducto que atraviesa el Istmo de Tehuantepec, así como terminales de almacenamiento tanto en la costa del Pacifico como en la del Golfo de México y puertos con experiencia en el manejo (exportación e importación) del amoniaco.

Además, otra coyuntura que no hay que ignorar es la gran dependencia en cuanto a importaciones de fertilizantes y el limitado suministro de gas natural en el sur-sureste de México, a la cual – en el largo plazo y en teoría - el amoniaco verde podría ofrecer una solución.

Si el amoniaco del futuro es verde y México cuenta todos estos atributos, es decir, un mercado atractivo, problemas estructurales en cuanto a materia prima y producción de fertilizantes, infraestructura existente y capacidades técnicas, ¿no vale la pena que el gobierno federal empiece a impulsar el análisis y discusión en torno a este tema?

Dado el estado en el que se encuentran las plantas de amoniaco y fertilizantes de Pemex y la promesa de rescatarlas, no estaría de más que el gobierno de López Obrador considere diversas opciones.

Nota del editor: Adrián Duhalt es investigador posdoctoral en temas de energía en el Instituto Baker de la Universidad de Rice. Síguelo en Twitter como @AdrianDuhalt y en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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