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Banxico como premio. A mi juicio, inmerecido

¿Sabrá Arturo Herrera cuidar, acrecentar y ofrecer liderazgo a la que es quizá la mayor reserva de capital humano en el servicio civil del país?, cuestiona Sergio Luna.
vie 25 junio 2021 12:04 AM
Arturo Herrera deja la secretaría de Hacienda
Arturo Herrera continuará en funciones como titular de Hacienda hasta la reunión del G20 que se llevará a cabo los días 9 y 10 de julio de este año en Italia.

(Expansión) - El presidente Andrés Manuel López Obrador está en todo su derecho a nominar como próximo gobernador del Banco de México a quien cubra los requisitos que la ley establece y, a mi entender, Arturo Herrera los cumple. También es prerrogativa del presidente ofrecer más argumentos para su decisión, siempre y cuando éstos no se contrapongan con los criterios legales.

Así, no parece haber nada que impida a un “economista con dimensión social y partidario de la economía moral” tomar las riendas del Banxico. Donde difiero es en la calificación implícita que el hombre en el Palacio otorga a su actual secretario. Economista si, inteligente y capaz sin duda, pero una decepción, a mi parecer, en la encomienda que está por dejar.

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En nuestra experiencia histórica, un rasgo deseable del secretario de Hacienda es el aplomo: debe tener los tamaños para poder decir no al presidente y el talento para explicar su postura. A lo anterior ayuda el que no tenga aspiraciones políticas: es un funcionario que se mueve entre políticos, pero precisamente por eso conviene que no lo animen los mismos motivos. En las palabras del gran Secretario de Hacienda que fue Jesús Silva-Herzog Flores, debe tener “un interés desinteresado”.

En el primer rubro, Herrera quedó a deber. Durante la pandemia, López Obrador seguía hablando de políticas contra cíclicas – que descartaba – cuando lo que vivimos no tenía nada que ver con ciclos, y sí con un choque real brutal. El secretario de Hacienda no supo corregir el error conceptual del presidente, mucho menos se impuso para reaccionar de forma distinta ante la emergencia. No le quedo más que apostar a que las vacunas y Estados Unidos nos sacarán adelante. Ojalá y así sea. Pero es triste depender de factores fuera de tu alcance.

Habla de una renuncia a las capacidades de la política pública que es difícil entender en un “economista con dimensión social”, en el socialdemócrata que parecía ser Herrera. ¿A cambio tenemos equilibrio fiscal? Es debatible. La diferencia entre deuda bruta y neta – en promedio histórico un 8% del PIB – baja a niveles de 5%. La diferencia es el uso de fondos y fideicomisos; si hay que usar ahorros para cuadrar el día a día, es difícil hablar de un sano balance.

En el segundo frente, nunca sabremos si la aspiración de Herrera a gobernar su estado natal afectó su desempeño. Tampoco hay forma de saber si los malos resultados de Morena en la elección en Hidalgo en octubre del año pasado alteraron esos planes. Espero, en todo caso, que no hayan sido esos ajustes los que precipitaron el anuncio del reemplazo del gobernador Alejandro Díaz de León, aprovechando por ejemplo el triste episodio del excedente operativo, pues poco habría de economía y menos de moral en ello.

Nos debe quedar bien claro que Banxico no es una empresa productiva del Estado; si a éstas no se les exige rentabilidad, ¿por qué juzgar con ese rasero a una institución cuyo propósito es distinto?

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¿Qué cabe entonces esperar del eventual desempeño de Herrera como cabeza de Banxico? Muchos colegas han escrito sobre eso. Será una junta en donde ningún miembro hizo carrera en el banco central y solo uno (Jonathan Heath) es especialista en política monetaria. Estos factores efectivamente no son condicionantes absolutos de desempeño y los argumentos sobre la institucionalidad de Banxico y las capacidades de sus funcionarios son válidos, a mi parecer.

El gobernador, sin embargo, tiene entre sus atribuciones exclusivas una muy importante: está a cargo de la administración del banco, incluyendo la gestión de su personal. ¿Sabrá Herrera cuidar, acrecentar y ofrecer liderazgo a la que es quizá la mayor reserva de capital humano en el servicio civil del país? Ello depende de si piensa en su nominación como un premio, o bien como una responsabilidad – y sobre todo, ante quien asume esta última.

Nota del editor: Sergio Luna estudió Economía en la UNAM y la Universidad de Londres. Fue economista en el Banco Nacional de México durante 33 años y continúa en dicha profesión, ahora de manera independiente. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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